Una organización criminal internacional planeaba introducir cerca de 100 kilogramos de cocaína en el puerto de Barcelona mediante una ruta marítima hasta ahora desconocida. Los investigadores descubrieron que la droga tenía su origen en Ecuador y que la banda criminal había ideado una estrategia para despistar a los policías: hacer una escala intermedia en Turquía, para ocultar el verdadero origen de la mercancía una vez llegara a Barcelona. La droga viajaba escondida entre otros contenedores que llegaban cada día al puerto de la ciudad condal, convirtiendo la operación en una de las más sofisticadas detectadas recientemente. 

La Policía Nacional de España, en colaboración con la Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Nacional y las autoridades aduaneras turcas, intervinieron los contenedores antes de que llegara al Puerto de Barcelona. La operación, llamada Lokum, permitió confiscar 89 kilogramos de cocaína, una catana, un machete, dos vehículos y diez teléfonos móviles. Además, permitió detener a tres personas en Madrid, implicadas en esta red criminal, y se registraron cuatro inmuebles, dos de ellos en Arganda del Rey y dos en Rivas-Vaciamadrid, que los investigados usaban para esconder la droga y organizar la logística de distribución en todo el Estado español. 

Gran experiencia en el tráfico internacional

Según fuentes policiales, la banda criminal tenía una gran experiencia en el tráfico internacional de drogas, y utilizaba métodos muy sofisticados para esconder el contenido que había en los contenedores, como botes de pintura. Además, los miembros de la red proporcionaban direcciones falsas al camionero que tenía que retirar la mercancía del puerto. La droga que llegaba a España era almacenada en diferentes naves industriales, desde donde después se hacía la logística y se repartía. Estos almacenes tenían siempre la vigilancia de algunas personas, que estaban siempre pendientes de cualquier movimiento policial. De este modo, se reducía el riesgo de que la droga fuera interceptada.

El hecho de que utilizaran Turquía como escala, aunque se alejara mucho de su destino, el puerto de Barcelona, desde Ecuador era para despistar a la Policía Nacional, que saben que mucha de la droga que entra en España llega por transporte marítimo y desde el continente sudamericano. Este caso evidencia cómo las organizaciones criminales buscan de manera constante nuevas vías y estrategias para introducir drogas en Catalunya, utilizando cada vez más tecnologías y buscando infraestructuras para esconderse de la policía.