Dos agentes de la Policía Municipal de Madrid han vivido esta semana una situación muy peculiar mientras estaban patrullando por las calles del distrito de Fuencarral-El Pardo, uno de los que supuestamente son más tranquilos y con menos delincuencia de la capital española. El pasado martes, 7 de noviembre, mientras circulaban por las calles de Sinesio Delgado y Ginzo de Lima, vieron un coche con dos ocupantes, que al ver la presencia policial empezaron a actuar de una manera muy sospechosa, hecho que llamó la atención de los dos policías.

Así pues, los dos agentes hicieron señales al vehículo en cuestión para que se detuviera y se acercaron con el fin de poder identificar a los dos ocupantes. Según detalla ABC, al poner los datos personales de los dos individuos en la base de datos policial saltaron las alarmas. La persona que había sentada en el asiento del copiloto era un hombre colombiano de 28 años con una orden de búsqueda y detención en vigor dictada por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional. Según constaba a su historial, estaba investigado por los delitos de detención ilegal, lesiones, robo con violencia y pertenencia a organización criminal.

Azúcar para estafar a los narcotraficantes

El hombre automáticamente fue detenido por los dos policías municipales con la intención de entregarlo a la Udyco para que se hicieran cargo. Antes de eso, sin embargo, registraron el vehículo. En su interior encontraron diecinueve paquetes envasados al vacío, que requisaron pensándose que, estando vinculado al mundo del narcotráfico, podría tratarse de droga. Lo cierto, sin embargo, es que se trataba de una sustancia que la mayoría de familias tiene en sus cocinas: azúcar. Fue el mismo delincuente quien se lo confesó a los policías al ver que lo habían descubierto. Según les explicó, vendía el azúcar a los narcotraficantes haciéndoles creer que en realidad era cocaína para estafarles.