Sergey es el hombre que, presuntamente, ha asesinado a su mujer y a su hija de 18 años en Lloret de Mar (Girona). Este hombre, que tenía una fortuna de más de 400 millones de euros, ha matado a hachazos a su familia y, posteriormente, se ha suicidado en el patio del chalet del doble crimen machista.
El presunto feminicida era un hombre muy conocido en Rusia, ya que tenía un alto cargo en Novatek, una importante empresa nacional encargada de la distribución del gas. Se graduó en Ingeniería Civil en la universidad de Moscú y ocupaba el cargo de vicepresidente del Consejo de Administración de Novatek desde hace más de siete años.
Una familia asesinada en un chalet de lujo en Lloret de Mar
Esta familia de origen ruso estaba empadronada en el chalet que tenían en Lloret de Mar, pero vivían en Francia. Solían ir de vacaciones a esta segunda residencia, que es donde ha pasado el trágico suceso. Sergey y Natalia tenían dos hijos: una chica de 18 años y un adolescente que en el momento de los hechos estaba en Francia.
El hijo intenta contactar con su familia desde Francia
El joven se empezó a preocupar, ya que intentó contactar con su familia por teléfono, pero nadie respondía. La última vez que pudo hablar con sus padres y su hermana fue el lunes por la noche.
El martes lo volvió a intentar, pero al ver que nadie contestaba, decidió poner una denuncia. Los agentes de la Policía Local y los Mossos d'Esquadra fueron hasta el chalet de lujo, ubicado en la urbanización de Els Pinars.
Sergey Protosenya, de 55 años, se había suicidado en el patio de casa. En una de las habitaciones había el cadáver de Natalia, de 53 años, y el de la hija que tenían en común, una adolescente de 18 años. Los Mossos d'Esquadra trabajan con la hipótesis de que Sergey las mató mientras estaban durmiendo y que lo hizo a hachazos.
Sergey Protosenya no tenía ninguna denuncia por violencia de género
Sergey Protosenya y su familia eran millonarios y compartían en las redes sociales la vida de lujo que llevaban: eran aficionados al golf y habían viajado por todo el mundo. De puertas afuera, nada apuntaba lo que pasaría este martes en la casa de Lloret de Mar. No había denuncias previas por maltrato y los Mossos d'Esquadra trabajan con la hipótesis de que es un crimen machista, que ha puesto de manifiesto la evidencia de que la violencia de género no entiende de clases sociales.