El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha condenado a diez años de prisión a un padre por abusar sexualmente y haber distribuido a páginas pedófilas imágenes de sus hijos, una niña de doce y un niño de ocho años. Además de la pena de prisión, el hombre tendrá prohibido ver y hablar con los menores durante dieciséis años.

La sentencia del Tribunal considera probado el hecho de que entre los años 2013 y 2015 el acusado había mantenido conversaciones de contenido pedófilo a través de redes sociales con otros usuarios con las mismas tendencias. Además, el hombre intercambió imágenes de contenido sexual en los cuales salían niños y niñas menores de edad, la mayoría por debajo de los trece años.

Planeaba orgías con los hijos de otros usuarios

Durante el registro los agentes de la Policía descubrieron una gran cantidad de material de pornografía infantil. La mayoría las había recibido de otros usuarios de las páginas pedófilas que frecuentaba, pero también había fotografías de sus propios hijos que les hacía aprovechando que estaban dormidos. Aparte de las imágenes, también encontraron conversaciones en las cuales detallaba cómo había abusado sexualmente de los menores durante años.

Entre estas conversaciones aparecieron unos intercambios en los cuales planeaba abusar en grupo de sus hijos y de los del resto de usuarios. Gracias a los contenidos de estos chats la Policía empezó a investigar otros pederastas, como una mujer que había enviado al acusado imágenes de su hija de tres años.

El acusado niega ser pedófilo

El condenado ha recurrido la sentencia del Tribunal alegando que no es pedófilo, ya que "nunca ha abusado de menores" y que "las conversaciones o mensajes de naturaleza sexual siempre se han motivado en el ámbito de la fantasía". Asegura también que de las 12.000 fotografías de menores que tenía en su poder solo 142 son propiamente de carácter pedófilo y muchas están duplicadas, reduciendo la cifra a 70 imágenes. Por otra parte, ha denunciado que el registro de su domicilio y el consiguiente rastreo de las conversaciones se habían llevado a cabo sin autorización judicial y, por lo tanto, había sido una actuación ilegal.

A pesar de las protestas del condenado, el Tribunal se ha mantenido firme en su decisión y ha asegurado que "la entrada y el registro no se acordaron partiendo de simples especulaciones sino de indicios muy serios que fueron objeto de previa comprobación policial". Con respecto al número de imágenes, la Sala ha dejado claro que independientemente de cuántas imágenes se hayan confiscado "se puede comprobar la diversidad del material, la utilización de menores y su contenido pornográfico".