El Departamento de Justicia ha alertado de la puesta en libertad de un pederasta reincidente que no está rehabilitado y tiene un alto riesgo de reincidencia. Se trata de Carles S., condenado por abusos sexuales a cuatro chicas en Terrassa el año 2015 y que hizo tocamientos a seis menores en Sant Vicenç de Castellet el pasado verano, aprovechando que se encontraba en libertad condicional. Todavía le quedan siete años de libertad vigilada por cumplir, pero no se han definido las medidas que se aplicarán para poder hacerlo.

Condenado a 14 años por abusar de cuatro menores a Terrassa

El pederasta ha quedado en libertad después de estar encarcelado en la prisión de Lledoners durante 7 años y 7 meses, la primera parte de la condena de 14 años de prisión que recibió para abusar sexualmente de cuatro niñas de entre 8 y 11 años en el Club de Hockey Terrassa en el año 2015. Todavía le quedan 7 años de libertad vigilada, pero no se han concretado las medidas que se tomarán para tenerlo controlado. Mientras estudian como hacerlo, se ha alertado a la Fiscalía de Barcelona porque consideran que no está rehabilitado y que existe un alto riesgo de que lo vuelva a hacer.

La sentencia dictaminó que el hombre, aprovechándose de la confianza que tenían depositada en él porque hacía años que pertenecía al club, entraba en los vestuarios a hacer tocamientos a las cuatro menores con la excusa que las ayudaba a ducharse. Además, las gravaba con su teléfono móvil, en el cual se llegaron a encontrar más de 5.000 fotografías y 60 vídeos. En una ocasión, también abusó de una de las víctimas en la piscina metiendo la mano por dentro de su bañador para tocarle los genitales.

Investigado para abusar de seis menores en Sant Vicenç de Castellet este verano

Aprovechando que estaba en libertad condicional por haber cumplido tres cuartas partes de la condena, el pasado mes de septiembre fue detenido por volver a abusar sexualmente de seis menores de edad a la piscina de Sant Vicenç de Castellet. Los padres denunciaron que se había ganado la confianza de las niñas y, con la excusa de hacerles cosquillas, les intentaba bajar los bañadores y hacer tocamientos. En alguna ocasión, había intentado entrar en los vestuarios de las chicas para ver cómo se cambiaban o se lo había visto masturbándose dentro del agua.

Las madres de las menores empezaron a patrullar el pueblo buscando al hombre y, cuando lo localizaron, lo retuvieron hasta la llegada de la policía, que lo detuvo. Cuando se supo, el juez le revocó la libertad condicional. Un juzgado de Manresa se hizo cargo de la investigación, pero descartó su ingreso en prisión en preventiva y se limitó a fijar comparecencias periódicas en el juzgado, a pesar de la petición de las familias de las víctimas. El caso continúa abierto.