La Policía Nacional ha detenido a una chica de 23 años por, presuntamente, haber apuñalado a un joven. Los hechos tuvieron lugar el domingo en un domicilio del barrio de Lavapiés, Madrid.
La joven intentó engañar a la policía
Durante la investigación de lo sucedido, la joven intentó que no la identificaran como la autora del delito. Además, explicó que había sido otra persona la autora de la agresión con una arma blanca.
Al finalizar la investigación, los agentes han concluido que era ella quien le clavó una puñalada al hombre. La policía la ha detenido y pasará a disposición judicial en pocas horas.
La joven le hizo dos heridas con el arma blanca
La agresión pasó en el número 80 de la calle Mesón de Paredes del barrio de Lavapiés por la tarde el domingo. El 112 recibió un aviso y los dispositivos de emergencia se trasladaron al lugar de los hechos.
La víctima fue un joven de 22 años y tenía dos heridas por arma blanca, una debajo de la oreja y la otra en la clavícula. Cuando acabó de ser atendido en su domicilio, fue trasladado al Hospital Clínico. En el centro médico, lo están tratando y están a la espera de la evolución de las heridas.
También están comprobando si la herida de la clavícula afecta a algún órgano interno. En cambio, la agresora fue llevada a la Fundación Jiménez Díaz. Allí le pronosticaron que tenía un traumatismo en la cabeza.
Pega una paliza a su mujer embarazada en un bar
Otra agresión tuvo lugar en Ibiza el martes. La policía detuvo a un hombre drogado por dar una paliza a su novia embarazada en un restaurante. También se enfrentó a otras personas e intentó agredir a un policía. Los hechos pasaron en la comuna Es Canar, en Ibiza.
La Policía Local de Santa Eulària des Riu recibió una llamada de un restaurante. El informante explicó que en su terraza había un hombre muy agresivo, que había pegado a una mujer y estaba lanzando el mobiliario del restaurante.
Una patrulla se dirigió hacia allí y los agentes localizaron al hombre detenido en el local. El agresor tenía evidentes signos de estar bajo los efectos de alguna droga. Los policías se situaron entre el agresor y los clientes del restaurante, porque podrían haber acabado peleándose.
Se puso más agresivo cuando intentaron calmarlo
El detenido no prestó atención a los agentes y siguió insultando a los clientes. Incluso, llegó a empujar a uno de los agentes. Después de un forcejeo, los policías consiguieron inmovilizarlo y cachearlo para comprobar que no llevara objetos peligrosos.
Cuando la policía intentó calmarlo, el hombre se enfureció aún más, por lo que los agentes lo inmovilizaron para evitar que atacara a alguien más. En ese momento, el hombre intentó pegar a los agentes, pero no lo consiguió. Finalmente, fue detenido por la Policía Local.
Los testigos explicaron que el hombre había dado puñetazos y patadas a su pareja, que estaba embarazada. Cuando los clientes del restaurante lo recriminaron, empezó a lanzar por los aires el mobiliario del restaurante. El arrestado está acusado de un delito de violencia de género, desobediencia y resistencia.