Este lunes, 29 de septiembre, desde el sindicato SAP-SME-FEPOL denunciaron que la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Les Borges Blanques, en Les Garrigues, Lleida, se había convertido en un secadero de marihuana. El origen de estas plantas -en total, la barbaridad de 2.023- es el Espai Natural Protegit de la Vall de Vinaixa, en Fulleda, donde un grupo de narcotraficantes se ha instalado desde hace meses y han destrozado la flora de toda esta zona. El Cos d'Agents Rurals localizaron a principios de agosto una área aislada del bosque, el Turó de les Sivines, que encontraron completamente deforestada y con marihuana creciendo.
El hallazgo se puso en conocimiento de los Mossos d'Esquadra y la Unidad de Investigación (UI) de la comisaría de Mollerussa se puso al caso. Los narcos habían escondido la plantación en una zona alejada de los caminos y de los accesos a este espacio natural, y los investigadores tuvieron que hacer uso de drones para poder determinar la extensión exacta del cultivo, así como para localizar el lugar donde se habían instalado los jardineros. A pesar de haberse localizado a finales del verano, todo parecía indicar que los delincuentes llevaban en el lugar desde la primavera y los agentes identificaron a tres personas que estaban allí de forma permanente.

El pasado 25 de septiembre se llevó a cabo la explotación del caso. Agentes del ARRO y de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USC) de los Mossos, junto con efectivos de los Agents Rurals, desplegaron un amplio dispositivo que también contó con apoyo desde el aire con drones y un helicóptero con cámara térmica. En el momento de la intervención encontraron a cinco personas, pero solo pudieron detener a dos: dos hombres de 31 y 51 años, originarios de Europa del Este, acusados de un delito contra la salud pública, uno contra la flora y la fauna y uno de pertenencia a grupo criminal; uno de ellos, el supuesto responsable de la organización, llevaba 1.500 euros en efectivo en una riñonera. Los dos arrestados pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Lleida el 28 de septiembre.

Toda la zona había sido deforestada para poder acoger las más de 2.000 plantas de marihuana que estaban escondidas en bancales y protegidas con toldos para que no las vieran excursionistas o cazadores. También habían construido dormitorios, almacenamiento, un obrador para su tratamiento, una garita de vigilancia en lo alto de un árbol con visión a todo el valle, cocina y comedor, duchas… todo escondido entre los árboles. Aparte de las plantas aún en crecimiento, había más de 1.000 kilos de cogollos por un valor de 2 millones de euros en el mercado negro.
Seis toneladas de plantas de marihuana almacenadas en la comisaría de Les Borges Blanques
El peso total de las 2.023 plantas -modificadas genéticamente, por otro lado- es de seis toneladas. Todo el material se transportó a la comisaría de Les Borges Blanques, donde quedaron almacenadas hasta que la autoridad judicial ordene su destrucción. La marihuana está acumulada fuera de los contenedores donde deberían guardarse por protocolo, por falta de espacio, lo cual, según han denunciado desde el SAP-SME-FEPOL, provoca graves problemas de salubridad y un grave riesgo para la salud de los agentes.
