Operación de éxito del Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos d'Esquadra este miércoles a primera hora de la mañana en el hotel Utopía de Sitges. El objetivo era detener a un hombre, de nacionalidad española, de etnia gitana y con más de 30 antecedentes policiales, que había pasado la noche allí con su pareja.

Conocido de la polícia

Cortés, un conocido de la policía, decidió pasar la noche en este hotel de Sitges y cuando el martes se registró en el establecimiento entregó su documentación. Aquí fue donde cometió el error.

El hotel, como marca la ley, facilitó la información de todos sus clientes del día a los Mossos d'Esquadra mediante una aplicación digital. Como el hombre tenía una orden de busca y captura para ser detenido, la policía catalana recibió una alerta y a primera hora de la mañana envió una patrulla: el objetivo era localizarlo y detenerlo.

Se atrincheró en una habitación y decía que iba armado

Cuando una patrulla de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USC) se presentó en el hotel a preguntar por él, el hombre se atrincheró en la habitación, donde estaba también su pareja, y amenazó con que mataría a todo el mundo que osara entrar por la puerta de la habitación.

Los agentes avisaron a sus superiores, que al ver que se trataba de un hombre que tenía antecedentes por varios incidentes con armas de fuego, decidieron esperar que llegaran los equipos de élite de la policía catalana.

Utopía Sitges

Imagen del hotel Utopía de Sitges, donde se atrincheró el hombre / GoogleMaps

El GEI se desplegó, analizaron el hotel y la habitación, y como si estuviera chupado, tiraron la puerta al suelo y pudieron detener al hombre. La mujer que lo acompañaba estaba sana y salva y en el interior de la habitación no se encontró ninguna de las armas que había asegurado que tenía y que utilizaría para "matar a todo el mundo". Trabajo hecho.

Entregado al juez

Una vez neutralizada la amenaza, los agentes de seguridad ciudadana trasladaron el detenido a la comisaría de Sitges y después fue entregado a las autoridades judiciales competentes a las órdenes de búsqueda y detención que tenía vigentes. Un incidente que acabó bien, por suerte, y todo, parece indicar, por un error del protagonista, que se acreditó en el hotel con su nombre y apellidos reales.