Dani Alves solo ha contestado a las preguntas de su abogada, Inés Guardiola, en la tercera sesión del juicio al exfutbolista del Barça, este miércoles por la tarde, en la Audiencia de Barcelona, acusado de agresión sexual. Ha asegurado que fueron relaciones sexuales consentidas las que mantuvo con la denunciante en el lavabo de la discoteca Sutton de Barcelona, primero una felación y después la penetró, que ha escenificado en la silla de la sala de vistas. "No me dijo nada, si hubiera querido salir, lo podría haber hecho. No soy un hombre violento. No me dijo nada", ha declarado a las preguntas de su letrada. Alves ha roto a llorar cuando le ha preguntado cómo conoció la denuncia por agresión sexual de aquella noche.

Las primeras preguntas de su abogada han sido qué bebió la noche del 30 de diciembre, antes de ir a la discoteca Sutton de Barcelona, donde le ofrecieron el reservado 6, puesto que es cliente habitual, ha dicho. También le ha preguntado por su situación económica y ha detallado la rotura de contratos a raíz de su denuncia.

Pena alternativa

Al acabar el corto interrogatorio de Alves, la abogada de la víctima, Ester García, ha elevado la acusación a definitiva y pide para Alves 12 años de prisión por agresión sexual. La fiscal  Elisabeth Jiménez también mantiene la acusación y le solicita 9 años de prisión. Ambas acusaciones le reclaman una indemnización de 150.000 euros para la víctima.

Por el contrario, la defensa pide la absolución de Alves y, alternativamente, una condena de un año de prisión y 50.000 euros de indemnización, al aplicarle las atenuantes de embriaguez y reparación del daño.

Las versiones de Alves

El brasileño ha ofrecido hasta tres versiones sobre la agresión sexual ante la magistrada instructora. La primera fue negar los hechos, la segunda que fue una felación, y al encontrarse restos biológicos en la ropa de la chica, admitió la penetración. Aseguró que lo había escondido para que no se enterara su mujer, Joana Sanz. Por el contrario, la denunciante siempre ha declarado que fueron relaciones sexuales no consentidas, como reiteró el primer día del juicio.

Además de la absolución, la defensa de Alves también se ha centrado en exponer que aquella noche en la discoteca Sutton iba muy bebido, con el fin de pedir la atenuante de embriaguez. La clave del juicio es dirimir si hubo consentimiento o no en lo que pasó en aquel pequeño lavabo de la zona VIP de la discoteca de Barcelona.

Sin lesiones

La tercera sesión del juicio al exfutbolista del Barça se ha centrado en el interrogatorio de los peritos que exploraron a la víctima y psicólogas de la defensa a Dani Alves. Los forenses del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Catalunya (IMLCFC) han dado verosimilitud a la versión de la víctima, y han indicado que su cierre social y laboral es fruto de la experiencia vivida.

Sin embargo, un perito de la defensa de Alves ha llegado a afirmar que "si no hay lesiones vaginales, es que el coito no fue tan traumático". Una afirmación censurada por un forense del juzgado que ha asegurado: "No tener ninguna lesión no significa que haya consentimiento o no".

El consentimiento

Así, al final del juicio, la sección 21 de la Audiencia de Barcelona tendrá que determinar si lo que pasó en el lavabo del Sutton fueron relaciones consentidas o una agresión sexual. El tribunal tiene que escoger una versión, la de Alves o la de la chica, y corroborarla con pruebas periféricas, como testigos de los Mossos o de los peritos.

Precisamente, las dos psicólogas contratadas por la defensa de Alves han desmontado casi su estrategia del alcohol al admitir, este miércoles, que el futbolista era consciente de lo que hizo aquella noche en la discoteca.