"Tenía las capacidades cognitivas levemente afectadas, sabía qué estaba bien y mal, sabía lo que estaba sucediendo y lo que hacía". Así lo han declarado las dos psicólogas contratadas por la defensa de Dani Alves para valorar su estado, después de visitarlo el 22 de enero del 2023, ya detenido y cuando estaba en la prisión. Lo han declarado en la tercera sesión del juicio a Alves, acusado de agresión sexual, este miércoles, y han insistido que aquella noche Alves iba muy bebido. La pregunta de si era consciente de lo que hacía, hecha por la abogada de la acusación, Ester Garcia, ha desmontado, en parte, su estrategia.

La defensa de Alves, ejercida por la abogada Inés Guardiola, se ha centrado en exponer, en el juicio en la Audiencia de Barcelona, que aquella noche en la discoteca Sutton iba muy bebido, con el fin de pedir la atenuante de embriaguez, si al final es condenado. Así lo ratificó su mujer, Joana Sanz, y tres amigos más en la sección 21 de la Audiencia.

Las dos psicólogas también han corroborado esta tesis del alcohol al asegurar que vieron el ticket de la cena y el vídeo de la discoteca, donde se ven copas de cava. Las dos profesionales han admitido —a preguntas de la acusación— que vieron el ticket este enero. Es decir, que la estrategia de la atenuante de embriaguez se habría preparado a última hora.

La declaración de Alves se espera que se haga este miércoles, después de que el tribunal visione los vídeos de la sala de fiestas de aquel 30 de diciembre de 2022.

Peritos confrontados

En la tercera sesión del juicio, se han realizado primero las declaraciones de los forenses y profesionales que examinaron a la víctima. Médicos del juzgado, del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Catalunya (IMLCFC), han confrontado sus valoraciones con los médicos de la defensa, que han cuestionado a la víctima por no tener lesiones vaginales ni medicarse, a su criterio.

La psicóloga de la defensa de Dani Alves ha asegurado que la denunciante solo ha tomado Trankimazin y que no aceptó ir al psiquiatra ni seguir ninguna pauta por este trastorno postraumático. La médico forense judicial la ha replicado y ha aclarado que, precisamente, el estrés postraumático desconfigura la vida de las personas y que, por lo tanto, no es extraño que las víctimas no acepten la patología, eviten ser medicadas o no quieran ir al médico.