Uno de los protagonistas de Crims de TV3, en el doble capítulo que ha servido para iniciar la cuarta temporada del programa de True Crime de TV3 que dirige Carles Porta, Dave Verbist, se pasará muchos años en prisión. Está acusado de dos crímenes, del de Girona, donde mató y troceó a Montse Mèndez, y el de Madrid, donde mató a Anna Strande, ahogándola y quemándola sobre la cama de su habitación. Dave Verbist tiene actualmente 41 años y es un agresor sexual y asesino en serie en potencia. Un psicópata.

¿Quién es Dave Verbist?

Oficialmente, es el asesino de Montse Mèndez y Anna Strande. Pero tiene otros delitos a su currículum, desde que el año 2020 aterrizó en España. Entre el crimen de Montse Méndez y Anne Strande el hombre, que se había instalado en Madrid donde gestionaba un apartamento turístico de la empresa donde trabajaba su pareja, había agredido sexualmente a una chica cubana. A pesar de que los vecinos lo reconocieron y fue detenido, como quedó en tentativa, ya que la chica pudo escapar, quedó en libertad con cargos y se salvó que le hicieran una prueba de ADN -que habría podido ser relevante en investigaciones posteriores.

Entre estos antecedentes y también los dos crímenes por los cuales fue condenado y todavía está en prisión, todos los analistas que lo han tratado durante estos años no han dudado a asegurar que se trata de un potencial asesino en serie con claras tendencias de agresor sexual. Cuándo fue detenido por el asesinato de la joven danesa en Madrid y confesó también el crimen de Montse Méndez -que troceó en la bañera del piso donde vivía, en Girona- la policía repasó casi al detalle toda su trayectoria, para intentar vincularlo a más crímenes, pero encontraron relación con ningún otro, un hecho que inquietó a los investigadores. No es normal que un agresor sexual, y asesino serial en potencia, arranque su carrera con un homicidio. Además de Girona y Madrid, este hombre belga también había estado en las Canarias.

¿Cómo conoció a Anna Strande?

La obsesión de Dave Verbist con Anna Strande nació cuando el hombre, que trabajaba como conserje de pisos turísticos, enseñó el piso donde se tenía que alojar la joven en Madrid. Le abrió, le enseñó y la acomodó. Desde aquel día empezó a obsesionarse con la joven, hasta la madrugada que la mató y quemó. Después de salir de fiesta, y bebido y drogado, se coló en casa de la joven y la ahogó y mató. Después del crimen la roció con aceite y la envolvió con papel y después puso cerillas para quemarla. Los bomberos la encontraron sobre la cama de su habitación, completamente quemada.

Los investigadores no encontraron la puerta forzada -él tenía las llaves- y si bien encontraron una huella de él en el piso calcinado, tenía fácil justificación: había estado cuando le enseñó a la víctima. Pero hablaba demasiado. Se había vanagloriado, de fiesta, que había matado a dos mujeres. Eso lo vendió. La Policía Nacional lo detuvo mientras estaba con otros compatriotas mirando un partido de fútbol de su selección al Mundial. Los investigadores supieron que la chica, que ya se había sentido asediada, quería denunciarlo, y la mató para evitarlo.

La noche del asesinato de Montse Méndez

En el crimen de Girona el alcohol y las drogas también juegan un papel importante. El asesino y la víctima se conocieron en un bar, mientras jugaban al billar. Después fueron a casa de él, donde la ahogó, casi siguiendo el mismo modus operandi que con la víctima de Madrid. Aunque siempre aseguró que lo había hecho como aparte de un juego sexual consentido, no llamó ni en el 112 ni avisó los Mossos d'Esquadra.

Optó por trasladarla, con la colaboración de su compañero de piso, a la bañera de casa y la troceó en ocho trozos, que después la repartió con bolsas de basura en varios puntos de Girona y de pueblos del lado. Se marcharon de la ciudad pocos días después del crimen, en dirección a Madrid, pero antes lo pintaron para intentar eliminar pruebas y restos de sangre de cuándo trocearon a la joven Montse Méndez.

Condenado a 41 años de prisión

Después de ser juzgado por los dos crímenes, Dave Verbist fue enviado a prisión con una condena de 41 años. Repasando el historial del hombre, que había llegado a España el año 2020, los investigadores supieron que el hombre había crecido en una familia desestructurada y había pasado parte de su infancia entre prostíbulos. Además, se marchó de Bélgica cuando se le relacionó con unas investigaciones policiales de unas agresiones sexuales. Un hecho que, lamentablemente, repitió en nuestra casa, con el asesinato de Montse Mèndez y Anna Strande.