Este lunes Crims, el programa de éxito de TV3 que narra, desde el True Crime, los hechos más escabrosos de la historia reciente de Catalunya, narrará el asesinato de Josep Millás, un hombre de 83 años que murió en su casa y que fue descuartizado en un piso de la calle Sant Ruf en noviembre del 2012. Los investigadores de los Mossos d'Esquadra que se hicieron cargo del caso y de encontrar a quien lo había asesinado aseguran que es uno de los crímenes más extraños, brutales y macabros que ha vivido nunca la ciudad de Lleida.

El capítulo del crimen de esta semana se iniciará con la explicación por parte de Ángeles Sala Ruiz, de unos 50 años en el momento de los hechos, de un secuestro. Ella misma se presentó el 21 de noviembre del 2012 al CAP del barrio para explicar que durante varios días dos hombres la habían raptado y la habían tenido cerrada en un piso donde le habían hecho tocar una persona muerta, que todavía estaba en el piso.

Un macabro escenario

Cuando los Mossos se presentaron en el piso, en la calle de Sant Ruf, encontraron un macabro escenario. Un hombre mayor, en avanzado estado de descomposición, estaba estirado en el suelo de una de las habitaciones del piso. El estado del cadáver haber llenado toda la vivienda de un olor irrespirable.

El cadáver tiene heridas y golpes por todo el cuerpo y además, presentaba cortes de gran dimensión en una de las extremidades y también a la zona del abdomen, como si las personas que lo habían asesinado también lo hubieran querido descuartizar. Las investigaciones policiales confirman que el cuerpo es de Juan José Millás, un hombre de 83 años, conocido de la víctima, quien ella hacía pocos meses que había empezado a cuidar como trabajadora doméstica.

Los Mossos d'Esquadra tenían que resolver dos cosas en paralelo. El crimen de Millás y el secuestro de Sala. La policía rápidamente pudo resolver la segunda parte del rompecabezas. La versión que dos hombres de etnia gitana la habían asaltado y que la habían tenido varios días encerrada en casa con el cadáver del hombre no se aguantaba.

Un secuestro inverosímil

Ningún indicio hacía pensar que el secuestro había sido real. Incluso, las tarifaciones del móvil de la mujer permitieron confirmar a los Mossos d'Esquadra que había hecho uso de él, incluso, enviando mensajes SMS a amigas de ella.

Sin secuestro, los investigadores del caso tuvieron claro que la mujer estaba relacionada con el asesinato del anciano. Las intenciones criminales que ya había explicado a alguna amiga y familiar suya la pusieron en el foco de todas las investigaciones y fue detenida por los Mossos d'Esquadra. La policía creía que había matado al hombre y que lo intentó descuartizar para esconder su cadáver, ya que Juan José Millás no estaba dispuesto a ir al notario para dejarla a ella como heredera en el caso de la defunción del hombre de un piso que el hombre tenía en Igualada.

Ángeles Sala Ruiz, durante el juicio / ACN

El cuerpo presentaba signos de mucha violencia y la autopsia confirmó que había muerto asfixiado y que, después de muerte, el autor del crimen, que todo hacía pensar que había sido a la misma mujer, lo había intentado descuartizar por fe-lo desaparecer. Se encontraron trozos del hombre en varios puntos de la casa.

Condenada a veinte años de prisión

El año 2014 el Audiencia Provincial de Lleida condenó a Ángeles Sala Ruiz a 20 años y cinco meses de prisión por haber asesinado y profanado el cadáver de Millás. Las declaraciones de la hija de Sala, que confirmó que su madre le había dicho que tenía intención de matar al anciano, y las contradicciones que mantuvo la acusada durante el juicio, hicieron que el jurado popular la considerara culpable de un delito de asesinato y de otro de profanación de cadáver. Nadie se creyó el misterioso e inverosímil secuestro que explicó a los Mossos d'Esquadra para salvarse del crimen e incriminar a dos hombres.

Sala Ruiz sigue en la prisión de Ponent cumpliendo condena; estará entre rejas hasta 2032.