La investigación por el crimen de la joven mexicana Debanhi Escobar sigue avanzando, aunque con lentitud y muchas hipótesis abiertas. Después de una autopsia y varios informes sobre cómo murió la chica, de 18 años, la conclusión a la cual ha llegado la última autopsia es la muerte por asfixia por sofocación. Las autoridades exhumaron su cadáver, que llevaba más de 68 días enterrado, para poder elaborar un nuevo informe que prometía esclarecer su muerte. Sin embargo, no resuelve de forma definitiva las principales incógnitas: la forma en que pudo ser asesinada.
La chica salió de fiesta cuando desapareció
Debanhi Escobar era una joven de 18 años que desapareció en extrañas circunstancias en México. Al cabo de unos días encontraron su cuerpo con signos de violencia y la primera autopsia reveló que antes de morir fue víctima de una agresión sexual. Los hechos sucedieron el pasado 8 de abril en Escobedo, una localidad mexicana. La víctima salió de fiesta con sus amigas, pero nunca volvió. Por causas que aún se están investigando, la chica se enfadó con sus compañeras. Estas se fueron en taxi, mientras que Debanhi volvió en Uber. Presuntamente, acusaron al taxista de abusar sexualmente de la joven y dejarla abandonada en medio de la carretera de madrugada. Fue entonces cuando se le perdió completamente el rastro hasta 13 días después de su desaparición, cuando la encontraron muerta en las afueras de Monterrey, capital de Nuevo León.
Una nueva autopsia niega la agresión sexual
El lunes pasado, las autoridades del Gobierno mexicano expusieron las conclusiones de la última autopsia. Fue elaborada hace dos semanas tras la exhumación del cadáver de la joven a causa de la polémica que había provocado la falta de información de la primera autopsia y las revelaciones del segundo dictamen. El informe final refuta la primera causa de la muerte: traumatismo craneal profundo. Ahora, la investigación apunta a una "asfixia por sofocación por obstrucción de los orificios respiratorios".
El director del Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Felipe Edmundo Takeshi, y las autoridades han evitado mencionar que se trate de un feminicidio. A su vez, Takeshi también ha sido claro en descartar que la joven sufriera abuso sexual, como lo estableció la primera autopsia.
Dos autopsias, dos resultados distintos
De hecho, el segundo dictamen de la autopsia fue solicitado por el padre de la víctima ante la falta de información. El documento, al cual tuvo acceso el periódico EL PAÍS, establecía sobre ese punto: “No se encontraron datos de obstrucción de orificios respiratorios, ni de obstrucción de las vías aéreas, ni de compresión toracoabdominal, ni de enterramiento, ni de confinamiento, por tanto, se descarta asfixia por sofocación”. Sin embargo, el médico que estableció esta conclusión sí observó contusiones en la cabeza, pero la última autopsia no se ha pronunciado al respecto. Ante esto, las autoridades no han aclarado por qué hay diferentes versiones de autopsias.
La última autopsia revela que la joven murió entre tres y cinco días antes de que fuera encontrada en la cisterna del motel Nueva Castilla, en la periferia de Monterrey. Este hecho abre una nueva incógnita: la chica estaba viva cuando se inició la intensa búsqueda después de denunciar su desaparición. Pero nadie vio nada.
Sin respuestas después de 4 meses de investigación
Después de cuatro meses de investigación, la única certeza que posee el Gobierno mexicano sigue siendo el cadáver de la joven. Un cuerpo con más de 70 días sin vida que han intervenido dos veces, ante la incapacidad de responder a las preguntas planteadas en el caso. Y la verdad es que parece cada día más difícil resolverlas.