Se confirma la condena de 26 años por el parricida de Sils (Selva, Girona), que asesinó a su madre por motivos económicos y después cometió fraude económico fingiendo que estaba viva. El asesino esperaba una rebaja en su condena, y su abogado presentó un recurso contra la misma al considerarla "desproporcionada", pero el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ha confirmado hoy la condena de 26 años y 9 meses de prisión para el acusado.
El TSJC ha reafirmado la sentencia original, al considerar probado que Jorge asesinó a su madre en la casa familiar donde vivían, y que el móvil del asesinato era económico. El hombre quería ocultar que había pedido un préstamo a nombre de la víctima, y la mató con el fin de seguir cobrando la pensión que ella percibía. Los delitos de los cuales lo acusan son tres: un delito de asesinato en concurso medial, un delito continuado de fraude y un delito de falsedad documental; el hecho de asesinarla provocó varias consecuencias, pero este primer crimen era necesario para cometer los otros delitos de fraude y falsedad documental, motivo por el cual se considera que el delito de asesinato fue un concurso medial.
Un criminal sin escrúpulos
En noviembre del año 2017, en la localidad de Sils, un hombre llamado Jorge Gutiérrez asfixiaba a su propia madre hasta provocarle la muerte. El crimen, sin embargo, no fue fortuito o a raíz de una discusión, sino que Jorge lo tenía pensado y planificado, con un objetivo muy claro: cubrir su tren de vida, a costa de la vida de su madre. Con esta mentalidad, el acusado mató a la mujer, escondió el cuerpo en casa y fingió durante casi diez meses que estaba viva, con el fin de quedarse con su pensión de viudedad. Envuelto en plástico, y escondido en una habitación del domicilio familiar, encontró la policía el cuerpo de la víctima, sin que en ningún momento el hijo confesara el crimen o colaborara de alguna manera con la investigación, que en aquel momento era por desaparición.
Las amigas denunciaron la desaparición de la mujer
Jorge, después de asesinar a su madre, fingió durante nueve meses que estaba viva con el fin de cobrar su pensión de viudedad, con la cual pretendía cubrir los gastos de un préstamo de 13.000 euros que había contratado poco antes del crimen. Así, días antes de matar a su madre, el hombre empezó a tener un nivel de vida muy por encima de lo que se podía permitir, gastando dinero en hoteles, viajes o joyerías, tal y como verifica un informe bancario. El mismo estilo de vida se mantuvo después de la muerte de la mujer. Fueron las amigas de esta que, después de meses sin saber nada de ella, y ante las extrañas explicaciones que el hijo daba, decidieron denunciar la desaparición a la Policía Local de Sils. El caso pasó en manos de la Divisió de Investigació Criminal (DIC), ya que se trataba de una desaparición inquietante, y cuando la DIC consiguió entrar en la casa del hijo, descubrieron el cadáver de la madre. Durante toda la investigación, Jorge no colaboró con la policía y, de hecho, seguía manteniendo y simulando que su madre era viva.
El abogado del acusado considera que la sentencia es "desproporcionada"
Un jurado popular de la Audiencia de Girona dictó el veredicto, que era ni más ni menos que una pena de 26 años y 9 meses de prisión por estos crímenes, que consideraron plenamente probados. El abogado del procesado, no obstante, ha recurrido la sentencia, tildándola de "desproporcionada", y consideraba que el jurado popular tendría que haber apreciado los atenuantes de confesión o colaboración con la justicia. La sala de lo penal del TSJC ha desestimado este recurso, afianzando así la resolución de la Audiencia de Girona, que el TSJC considera "plenamente ajustada a derecho", teniendo en cuenta también los agravantes de alevosía y parentesco. Los atenuantes que reclamaba el abogado, según el tribunal, no existieron, porque el hombre solo confesó una vez se encontró el cuerpo de la madre.