La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal que extorsionaba y amenazaba hombres que anteriormente habían solicitado los servicios de unas prostitutas a través de internet. Para hacerlo, utilizaban el conocido método 'Timo del sicario', en el que amenazaban a las víctimas con enviar a una persona a matarlas si no les enviaban dinero. El grupo criminal constaba de tres estructuras localizadas en Barcelona, Madrid y Santander y habrían conseguido 30.000 euros de esta manera. En el operativo policial se han detenido 22 personas y hay otras 18 que están siendo investigadas.

Extorsionaban a los clientes de prostitutas para conseguir dinero

La investigación de la Guardia Civil se inició cuando recibieron una denuncia en Tudela del Duero, en Castilla y León, a finales del año 2021. Un hombre explicó que había contratado los servicios sexuales de una prostituta y que al cabo de unos días lo empezaron a extorsionar a través de llamadas telefónicas y mensajes en el móvil exigiéndole dinero. Los investigadores descubrieron que los autores habrían llegado a extorsionar a 65 hombres de la misma forma.

El 'modus operandi' siempre era el mismo. Pocos días después de mantener relaciones sexuales con una prostituta, el cliente empezaba a recibir demandas de dinero con la amenaza de que les enviarían a un sicario para que los matara si no lo hacían. Se hacían a través de llamadas telefónicas o mensajes de WhatsApp con números provenientes de España o de la República Dominicana. En la foto de perfil, los estafadores se ponían imágenes de personas encapuchadas rodeadas de armas de fuego.

También enviaban fotografías con contenido escabroso, cadáveres descuartizados, decapitaciones y amputaciones. Además, los estafadores investigaban las vidas privadas de las víctimas y conseguían toda la información posible para qué las amenazas y extorsiones fueran más efectivas. El dinero se enviaba por transferencia bancaria a las cuentas corrientes de unos intermediarios, que posteriormente sacaban el dinero en efectivo y se lo entregaban en mano a los líderes del grupo criminal a cambio de una recompensa. De esta forma, los detenidos habrían conseguido alrededor de 30.000 euros de los más de 110.000 que habían llegado a solicitar.