Justo una semana después de los hechos, hoy los agentes de los Mossos, la mayoría de la escala básica y convocados por los diversos sindicatos, han hecho valer su fuerza en una concentración sin precedentes delante de la comisaría de Lleida para reclamar más compromiso de los jefes políticos y operativos a raíz de la brutal agresión que sufrieron seis agentes de los Mossos, del ARRO y de Seguridad Ciudadana, en el barrio de la Mariola de la capital del Segrià, cuando fueron atacados con palos y piedras por una turba de personas de etnia gitana. La concentración la han convocado, entre otros, SAP-Fepol, USPAC y la sección de Mossos de CCOO.
Decenas de agentes de los Mossos, acompañados también de algunos representantes políticos, se han concentrado frente a la comisaría de Lleida reclamando "dignidad" para la policía. La agresión, en la que cuatro de los seis agentes necesitaron puntos de sutura por heridas abiertas —una de ellas en la cabeza, que requirió dos noches de ingreso hospitalario y llegó a hacer temer por su vida— se produjo cuando los agentes intervinieron en un incidente por una pelea entre dos familias de este barrio.
Falta de apoyo institucional a los agentes heridos
Lo que más dolió, sin embargo, fueron las declaraciones que hizo el todavía jefe de la comisaría de Lleida, el inspector Xavier Ribelles, que aseguró que las agresiones "van con el sueldo" y que son "hechos puntuales", en un intento de minimizar los hechos, que fueron muy graves.
Que el comisario en jefe de la región, Josep Codina, también saliera a hacer declaraciones en los medios mostrándose al lado de los agentes heridos y asegurando que el ataque es inaceptable, y el intento de la Prefectura de evitar esta concentración con un encuentro con los sindicatos el pasado viernes —aunque sin destituir al inspector Ribelles—, ha hecho que los agentes vieran que la falta de apoyo político y de los mandos puede llegar a ser peligrosa para la integridad física de los policías. Durante la concentración se ha pedido la destitución del inspector en jefe de Lleida, que por ahora sigue blindado por la Prefectura y la Comisaría Superior Territorial.
Después de la reunión de tres comisarios (Estela, Boneta y Codina) con los sindicatos, los representantes de los Mossos echaron en falta no solo al jefe del cuerpo, el comisario en jefe Miquel Esquius —que se ausentó de la reunión—, sino también al director general de la Policía, Josep Lluís Trapero, que no participó en el encuentro ni se trasladó en toda la semana de la crisis a Lleida.
Todavía sin detenidos
Una semana después de los hechos, y con los atestados redactados, todavía no se han hecho detenciones en el barrio de la Mariola. Las diligencias policiales han permitido, según ha podido saber ElCaso.com, identificar a parte de los autores que participaron en este brutal ataque, y se les investigará, cuando se les pueda arrestar, por tentativa de homicidio. Este ataque llega en el momento en que se ha sabido que las agresiones contra policías alcanzaron cifras récord el año pasado. Justo este fin de semana un detenido mordió a dos agentes de los Mossos, en Cerdanyola del Vallès, arrancando el dedo a uno de los policías.