El Ayuntamiento de Cambrils ha admitido este sábado, ante 200 vecinos, que es incapaz de controlar la crisis de los manteros. Este viernes, ElCaso.com adelantó la situación: todo el paseo marítimo de la zona de Vilafortuny, en la frontera con Salou, está ocupado por decenas de personas, la mayoría de nacionalidad senegalesa, que ocupan la vía pública vendiendo objetos falsificados en mantas extendidas en el suelo. El concejal responsable de la seguridad de este municipio del Baix Camp ha convocado una reunión con los vecinos de la zona y ha admitido que el Ayuntamiento de Cambrils y la policía local son incapaces de acabar con este problema y que, aunque se han tomado medidas, ahora mismo, son incapaces de encontrar una solución. Temen una revuelta violenta -como la de Salou, en el año 2015-, aseguran que no tienen colaboración de los Mossos ni de la Guardia Civil y que no se trata de un negocio precario, sino que mueve muchos miles de euros, ha afirmado, según ha podido saber ElCaso.com, el concejal Enrique Arce, del PSC. En el gobierno de Cambrils están los socialistas, ERC, Junts y Comuns, y Arce es el responsable de la seguridad.

Arce ha admitido ante los vecinos que el problema en Cambrils -en Salou, donde comienza el término municipal, es casi imposible encontrar algún vendedor ilegal- no se limita a un supuesto delito contra la propiedad intelectual y un posible incumplimiento de la ordenanza, sino que también se mezclan el crimen organizado, la inmigración ilegal y el orden público. Es por ello que, asegura, desde Cambrils no se puede hacer frente en solitario a este fenómeno. Durante el año 2023 se iniciaron reuniones para intentar abordar el problema, pero sin soluciones. Este 2024 se cerraron algunos accesos, en el mes de mayo, pero no sirvieron de nada. Los vecinos denunciaron que las medidas se revirtieron y que los manteros siguen ocupando la totalidad del paseo marítimo, en este tramo cerca de Salou, en la zona del Cap de Sant Pere.

Sin colaboración de los Mossos

Según Arce, ahora mismo no se cuenta ni con la colaboración de los Mossos d'Esquadra ni de la Guardia Civil, y la Policía de Cambrils no dispone de suficientes efectivos para atacar el problema. El Ayuntamiento cree que una actuación con la situación actual podría acabar en desórdenes públicos y violencia, ha explicado el concejal a los vecinos que han participado en esta reunión, este sábado por la mañana. El consistorio quiere también conseguir la colaboración en esta lucha del Ayuntamiento de Salou -donde están empadronados los manteros- y de las marcas implicadas. Al mismo tiempo, asegura que todo forma parte de una mafia de la venta ambulante ilegal y que es necesario actuar con investigaciones judiciales que permitan atacarla, un hecho que, por ahora, más allá de acciones puntuales, no se ha hecho, ni en Cambrils ni en otros puntos de Catalunya.

Cambrils topmanta
Imagen de la reunión de los vecinos con el concejal de seguridad de Cambrils, este sábado / Cedida

Sea como sea, los vecinos han mostrado su desencanto por las palabras del concejal, al ver que, aunque han sido convocados y que desde el Ayuntamiento se ha querido explicar la problemática, no se ha aportado ninguna solución y se ha confirmado lo que todos sospechaban: el consistorio está superado, ha dado la zona por perdida y solo prevé acciones a largo plazo. Los vecinos de la zona aseguran que el espacio está abandonado, sin limpieza, y que incluso los vendedores ilegales también acceden a las urbanizaciones para comer o bañarse en las piscinas comunitarias.

Problema para todo el país

La problemática del top manta está presente en varios municipios, la mayoría de costa y con sobreexplotación turística, también en la capital del país, Barcelona, donde este verano se han vuelto a detectar grandes concentraciones de manteros. Solo en puntos concretos de Catalunya, donde Mossos y las policías municipales con políticos que han ordenado acciones contundentes, se ha podido empezar a abordar y reducir el problema al máximo exponente. En Cambrils, por ahora, parece que no será así. Los vecinos han plantado al concejal, le han entregado un documento con casi 700 firmas pidiendo medidas para acabar con este problema, y han abandonado la reunión.