Cada vez son más los senderos hechos de manera ilegal en los bosques gerundenses, cosa que provoca importantes destrozos en el medio natural, pero que también pueda suponer un peligro para los propios ciclistas que pasan por ellos, tal como han denunciado desde Agents Rurals. "Girona se ha convertido en una especie de capital mundial del ciclismo y en consecuencia, cada vez hay más aficionados que vienen a la demarcación a practicar este deporte", ha explicado el jefe del Área Regional de los Agents Rurals en Girona, Ignasi de Dalmases, a l'Agència Catalana de Notícies (ACN).
Destrozos en los bosques para poder hacer los senderos
Este auge del ciclismo en la demarcación, está comportando problemáticas asociadas, como la apertura sin permiso de senderos en el bosque que estropean la naturaleza y erosionan el terreno. Además, los Agents Rurals han detectado que cada vez son más frecuentados por el hecho que aparecen en páginas especializadas en internet o se difunden a través de carreras, provocando que aumente su popularidad. En la localidad de Bescanó, en Girona, por ejemplo, "hay cerca de 300 kilómetros de senderos de bosque publicados en aplicaciones que atraen ciclistas, cuando no es para este uso".
El hecho de abrir senderos para ciclistas sin pedir el correspondiente permiso hace que se estropee el medio natural, se erosione el terreno y, con el continuo paso de bicicletas, se acabe desgastando. Además, también se estropean las especies que viven en la zona, ya que se arrancan plantas o se talan árboles. También se hacen construcciones y estructuras para dar saltos con BTT, como la que hay en el municipio de Cassà de la Selva, hecha con varios troncos y enclavada en el suelo, justo antes de una bajada pronunciada. "A veces, cuesta encontrar la manera de retirar estas estructuras, porque es difícil pillar in fraganti a quien las hace", explica Dalmases.

Un peligro para los mismos ciclistas
Más allá de estropear el medio natural, estos senderos hechos sin permiso también pueden acabar suponiendo un peligro para los propios ciclistas que circulanpor ellos. Si allí no consta que haya ningún sendero y no se espera que pueda pasar un ciclista, los cazadores pueden recibir permiso para hacer batidas de jabalí, cosa que podría comportar una desgracia. De hecho, hace justo un año, en Forallac, en el Baiz Empordà (Girona), un ciclista resultó herido de gravedad cuando un cazador le disparó al confundirlo con un jabalí.
Además, la mayoría de bosques donde se hacen los senderos son terrenos de propiedad privada, lo que comporta que "los propietarios de las fincas se sientan indefensos por la apertura de los senderos, el corte de plantas y el acceso diario a sus fincas sin autorización". En este sentido, desde Agents Rurals se pide una "normativa específica para las bicicletas de montaña, que nos permita actuar de forma más ágil y hacer pedagogía", según explica Ignasi de Dalmases.

