Las cadenas de oro y los relojes de alta gama son algunos de los botines preferidos de los ladrones. Casi cada día llegan noticias de asaltos -algunos, violentos; la mayoría, a turistas y a personas mayores- que acaban con un tirón y los delincuentes huyendo con la joya o el reloj en el bolsillo. Pero, ¿dónde van a parar todos estos accesorios? La respuesta la han dado los agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Guàrdia Urbana de Barcelona, que han recuperado más de 600.000 euros en cadenas de oro, relojes y, también, piedras preciosas que han localizado en diferentes tiendas de compraventa de oro del distrito del Eixample de la Ciudad Condal. En total, han caído cinco establecimientos de los barrios de Sant Antoni y de la Nova Esquerra del Eixample y han detenido a un hombre de 34 años, acusado de un delito de receptación.


Entre el 20 de agosto y el 3 de septiembre los cuerpos policiales, en colaboración estrecha, han hecho inspecciones en estos establecimientos -que proliferan por toda la ciudad- buscando pillar aquellos que hubieran caído en infracciones administrativas por no tener los papeles en regla; en este sentido, se han detectado hasta 34 en materia de ordenanza municipal y se han interpuesto tres denuncias en total por falta de registro documental y obligatoriedad de comunicación de actividad en materia de establecimientos de compraventa de joyas y metales, según la ley orgánica 4/2015.

Cadenas y joyas de oro robadas y puestas a la venta en el centro de Barcelona

Aparte, los agentes de la Guàrdia Urbana y de las unidades de Investigación y de Policía Administrativa de los Mossos empezaron a encontrar varias cadenas de oro con daños considerables o directamente rotas, lo que les hizo sospechar que podían haber sido robadas. En uno de estos establecimientos, además, había una caja fuerte con una gran cantidad de joyas, muchas a medio desmontar, así como una caja metálica con más de cuatro kilos de lagrimal de oro de dieciocho quilates por un valor de 284.800 euros. Este formado, según los investigadores, responde a la acción previa de fundir el oro para imposibilitar determinar el origen y facilitar su reventa. El detenido, cuya nacionalidad no se ha comunicado, es el responsable de esta tienda en concreto y ya tenía antecedentes por receptación.

El resto de las tiendas quedaron denunciadas por falta de hojas de reclamación, de letreros de identificación de licencia, de alumbrado de emergencia, por no generar comprobantes y facturas de compra, y por puertas de emergencia no funcionales. Del total de objetos recuperados, se ha podido devolver un reloj de 12.000 euros y se sigue investigando para poder encontrar a los propietarios del resto de joyas.