Un bar de la calle Mas Pellicer, en el barrio homónimo de Reus, se ha convertido en una cueva de ladrones, camellos y sin papeles. La delincuencia concentrada en este punto, bastante conflictivo, de la capital del Baix Camp (Tarragona), hizo que el jueves pasado agentes de los Mossos d'Esquadra -con efectivos del ARRO y de Seguridad Ciudadana-, de la Guàrdia Urbana y de la Policía Nacional española unieran fuerzas en un dispositivo que tuvo como balance un centenar de identificados, una veintena de denuncias y cinco detenciones.

Esta operación, que se llevan a cabo de manera periódica por los diferentes barrios de la ciudad, tuvo este local como objetivo principal después de percibirse varios indicios que hicieron sospechar a los cuerpos policiales que en el interior tenía lugar, de manera habitual, compraventa de sustancias estupefacientes. La redada se planificó sobre la base de la Ley de seguridad ciudadana con el objetivo de detectar y detener a personas vinculadas con el narcotráfico, retirar de la circulación armas blancas y controlar actividades que pueden incurrir en infracciones penales y administrativas.
Cinco detenidos por narcotráfico, hurto y extranjería
En este local se identificaron un total de 96 personas, 32 de las cuales tenían antecedentes policiales por diferentes delitos. Cuatro de ellos -tres hombres y una mujer, de entre 42 y 54 años, cuyas nacionalidades no se han comunicado- fueron detenidos por los Mossos d'Esquadra. En concreto, dos de los hombres fueron arrestados por tráfico de drogas; el tercero, por delitos de hurto de catalizadores y daños en vehículos; y la mujer, para hacer efectiva una orden de detención por un hurto en un comercio y ruptura de condena, ya que tenía prohibido acercarse. Entre los cuatro acumulaban casi 200 antecedentes policiales. La Policía Nacional, por su parte, detuvo a una persona y citó a seis más por infringir la Ley de extranjería.

Además, los Mossos también tramitaron catorce denuncias administrativas por tenencia de sustancias estupefacientes y, por parte de la Guàrdia Urbana, cuatro más por incumplimientos de las ordenanzas municipales, y se identificaron hasta 39 vehículos y se impusieron cuatro denuncias por falta de seguro o ITV.