La autopsia realizada a la niña Olivia ha revelado que la causa de su muerte se produjo como consecuencia de un edema agudo de pulmón, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
El edema agudo de pulmón se produce por un encharcamiento de los pulmones, en este caso agua. Sin embargo, esta definición técnica no permite, por el momento, concretar las circunstancias exactas que rodearon la muerte de Olivia. Y es que el edema pulmonar pudo ser posterior al suministro, por ejemplo, de alguna sustancia ansiolítica. A determinar cuando salgan los resultados de los análisis toxicológicos.
Anna y Olivia, de 1 y 6 años, desaparecieron el pasado 27 de abril junto a su padre, Tomás Gimeno. Ese día, el padre llamó a su expareja y le dijo que no volvería a ver a sus hijas.
Autopsia de Olivia
La autopsia al cadáver de la pequeña concluyó sobre las 15.00 horas de este viernes en el Instituto Anatómico Forense y aún se está a la espera de los resultados de los análisis toxicológicos, biológicos e histopatológicos, según Europa Press.
Asimismo, la prueba de la huella dactilar realizada en el propio Instituto confirmó también este viernes que el cuerpo encontrado el pasado jueves en aguas de Tenerife se correspondía con Olivia, de seis años.
El cuerpo fue hallado por el robot submarino de rastreo del buque oceanográfico Ángeles Alvariño a unos 1.000 metros de profundidad y a unas tres millas de la costa tinerfeña. Se encontraba en el interior de una bolsa de deportes amarrada a un ancla. Junto a ellas se halló igualmente otra bolsa de deportes también lastrada por el ancla, aunque vacía.
El cuerpo fue trasladado a tierra y llevado al Anatómico Forense para el levantamiento. El Ángeles Alvariño continúa desde entonces el rastreo en la zona para tratar de encontrar a su hermana Anna y a Tomás Gimeno.
El padre de las menores fue visto por última vez en la marina de Santa Cruz de Tenerife cargando su lancha con varias bolsas y llegó a zarpar hasta dos veces, aunque nunca fue visto con las menores.
Tras más de 40 días desaparecidas, la búsqueda de las dos niñas continuaba después de que el sonar y el robot submarino que están utilizando para encontrar pistas sobre Anna y Olivia encontrara una botella de oxígeno y una sábana, a 3 millas de la costa y a 1.000 metros de profundidad, en la zona donde se perdió la pista del móvil del padre de las niñas desaparecidas en Tenerife.
Los ojos de los investigadores estaban puestos en el mar, que es donde finalmente han hallado el cadáver de Olivia en una bolsa y donde siguen trabajando para concretar nuevos hallazgos. Anna y Tomás siguen desaparecidos y se avista lo peor.
Sin rastros de sangre y pastillas en casa de Tomás
La Guardia Civil cree que Tomás Gimeno mató a sus hijas tras drogarlas, ya que el cuerpo de Olivia fue recuperado en Tenerife sin signos de violencia externa y no se encontró sangre en ninguna de las pruebas analizadas.
En casa de Tomás los investigadores encontraron relajantes musculares y calmantes que se le habían recetado al padre tras un accidente de motocross, en el que se lesionó la clavícula y varias costillas. La cantidad de pastillas que faltan en los envases han llevado a los agentes a plantear que el hombre drogó a las niñas antes de matarlas.
Así pues, Tomás Gimeno presuntamente habría matado a las niñas en su finca de Igueste de Candelaria en un plan preconcebido que tenía como finalidad provocar a su ex pareja el dolor más grande que pudiera imaginar. Esta es una de las premisas que señala la magistrada titular del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 3 de Güimar.