Momentos de máxima tensión los que este jueves por la mañana se han vivido en la sucursal de Caixabank de Montbrió del Camp. Era alrededor de las nueve de la mañana, pocos minutos después del horario de apertura de la oficina, cuando un hombre con la cara tapada para ocultar su rostro ha entrado en esta sucursal ubicada en la avenida de Sant Jordi de este municipio del Baix Camp (Tarragona). El individuo, armado con una pistola, que a estas horas se desconoce si era un arma de fuego real o simulada, ha encañonado a los trabajadores y los ha amenazado para que le dieran el dinero.

Los empleados del banco, ante esta situación y temiendo que les pudiera pasar cualquier cosa, han obedecido al ladrón que les apuntaba con el arma y le han dado el dinero en efectivo que tenían. Acto seguido, el hombre ha dado media vuelta y ha abandonado la oficina con el botín sin llegar a herir a nadie. Según ha avanzado el Diari de Tarragona, una vez ya se había marchado, los trabajadores han alertado a los servicios de emergencias y varias patrullas de los Mossos d'Esquadra se han desplazado hasta el lugar, pero el asaltante ya había conseguido huir.

Los Mossos investigan los hechos y buscan al ladrón

A raíz del atraco, los Mossos han montado varios controles en los accesos y salidas de Montbrió del Camp, pero no se le ha podido detener y el ladrón, a estas horas, sigue en paradero desconocido. La policía catalana ha abierto una investigación para esclarecer los hechos y poder identificar, localizar y detener al ladrón, al mismo tiempo que se mira si actuaba solo o tenía algún cómplice fuera. Se ha tomado declaración a todas las personas que estaban en la sucursal en el momento del atraco y también se están inspeccionando las imágenes de las cámaras de seguridad. Por ahora, no ha trascendido cuál ha sido el botín que se ha llevado el ladrón.

Tercer atraco en una sucursal bancaria en Catalunya en pocas semanas

El de Montbrió del Camp es el tercer atraco en una sucursal bancaria que se produce en Catalunya en las últimas semanas. A principios de octubre, en un mismo día y con muy pocas horas de diferencia, se produjeron dos atracos sin vinculación entre sí, uno en una oficina del Banco Santander en Girona y otro en la oficina del BBVA de Juneda, en Les Garrigues (Lleida). En ambos casos, los asaltantes accedieron encapuchados alrededor del mediodía y ataron a empleados y clientes a punta de pistola con el objetivo de intimidarlos y llevarse el dinero. Sin embargo, mientras en Juneda consiguieron escaparse con 30.000 euros, en Girona el hecho de tener la comisaría de los Mossos a pocos metros de distancia hizo que no tuvieran tiempo de huir y acabaran detenidos.