Los Mossos d'Esquadra han detectado un nuevo método para estafar ancianos en Barcelona. Después de pillar a varios grupos haciéndose pasar por revisores del gas, ahora, la última técnica de los ladrones es acreditarse como comerciales u operarios de compañías de luz, que se presentan en casa de las víctimas ofreciendo descuentos en las facturas. Y no levantan ninguna sospecha, ya que tienen acreditaciones de aparente legalidad y también el uniforme de estas compañías a cuyos trabajadores suplantan. Los ancianos, confiados, los dejan pasar, solo para comprobar, horas más tarde, que les han sustraído las tarjetas bancarias y, en algunos casos, incluso la tarjeta SIM del móvil.

Desde el pasado 28, afortunadamente, hay una banda de ladrones menos en la ciudad; los agentes de la Unidad de Investigación Criminal de la comisaría de Sants-Montjuïc detuvieron a dos jóvenes de 25 y 26 años, acusados de ser los causantes de la angustia de estas personas, a quienes estafaron y robaron, en algunos de los casos, con violencia e intimidación. Uno de ellos se localizó en Gavà y el otro en Castelldefels, y se les requisaron tarjetas, libretas bancarias y otros documentos pertenecientes a las víctimas. Los investigadores estiman que la cantidad total del dinero sustraído llega hasta los 50.000 euros.

 

Ladrones muy preparados

Los detenidos habían tomado todas las medidas de precaución necesarias para hacerse pasar por operarios de las compañías sin que las víctimas dudaran de sus intenciones. Iban muy bien vestidos, incluso con el uniforme de los operarios de cada compañía que suplantaban, y también tenían en su poder documentación acreditativa que mostraban a los ancianos para asegurarles que venían realmente de parte de las eléctricas. Siempre escogían víctimas de edad avanzada, por considerarlas más fáciles de engañar y de intimidar si alguno de ellos se daba cuenta de la estafa.

Una vez las víctimas los dejaban entrar en casa, uno de ellos se inventaba una serie de descuentos con los que podían ahorrar en la factura de la luz; mientras tanto, el otro aprovechaba y sustraía las tarjetas de las carteras de los ancianos, así como las tarjetas SIM de sus móviles. El otro "operario" les pedía acceder a la cuenta bancaria, y se fijaba en la contraseña y en otros datos personales necesarios para retirar el dinero más adelante en un cajero automático.

Detenidos después de catorce estafas

La policía catalana tuvo conocimiento de esta nueva manera de engañar a ancianos el pasado mes de agosto, después de que una mujer fuera a comisaría a denunciar que había sido víctima de una estafa y de un robo. Los falsos operarios sustrajeron de su cuenta 17.000 euros, entre compras y reintegros, incluso llegando a hacer transferencias por BIZUM con toda la información que le habían sustraído.

Al empezar a investigar este caso en concreto, los agentes identificaron hasta catorce estafas con las mismas características, nueve de las cuales fueron cometidas en el distrito de Sants-Montjuïc y los otros cinco en Nou Barris y en Sant Andreu. Finalmente, consiguieron identificar a los autores, y después de dos entradas y registros en sus domicilios de Gavà y Castelldefels, los detuvieron acusados de los delitos de estafa, hurto y robo con violencia e intimidación. Después de ser interrogados pasaron a disposición del juzgado de instrucción número 20 de Barcelona.