Hallan a un perro abandonado, desnutrido, con heridas por buena parte del cuerpo y acaba muriendo. Los hechos tuvieron lugar el pasado agosto en una localidad de la Ribera del Duero, en la provincia de Burgos, cuando bomberos del parque de Lerma fueron hasta el lugar donde había sido visto el cánido al recibir un aviso de un particular para rescatarlo del río Esgueva. Los efectivos lo sacaron de allí y observaron que presentaba una "gran debilidad y graves lesiones" en las extremidades, por lo que lo trasladaron a una clínica veterinaria de Aranda de Duero. Una vez allí, lo exploraron, limpiaron y tuvo tratamiento intravenoso con suero, antibióticos y antiinflamatorios. Pero finalmente, a las pocas horas, falleció.
Al tener conocimiento de los hechos y del deceso del animal con el correspondiente resultado del informe veterinario de la clínica, el Seprona de la Guardia Civil abrió una investigación para aclarar el caso y las circunstancias por las cuales fue encontrado el cánido en la orilla del río. El perro era un macho de nueve años de edad y mestizo de pastor alemán. Según los documentos del centro médico, no se podía mover, no comía ni bebía, estaba afectado por parásitos, deshidratado y desnutrido -quizás llevaba cuatro días sin comida-, con caquexia y graves heridas con larvas de mosca en las extremidades.
El estado del perro era muy malo y a pesar de los esfuerzos del equipo veterinario acabó muriendo. El ejemplar, no obstante, tenía microchip, lo cual facilitó la identificación del propietario, V.A.M., vecino de un núcleo de población de la Ribera. Así, pues, los agentes del Seprona de la Guardia Civil se entrevistaron con él e indagaron sobre la situación. Supieron que el cánido ayudaba a su dueño en las tareas de pastoreo de ganado y el hombre, además, conocía el estado de las heridas las cuales curaba, pero a principios de agosto tuvo que dejar al animal y el rebaño a cargo de un amigo.
Investigan al dueño y el cuidador casual del perro muerto
Cuando volvió, se percató de la desaparición de su pastor alemán mestizo, aunque sin saber cuánto hacía que no se le había visto. Pero no lo denunció porque pensaba que volvería. Sin embargo, al considerar que el titular y el cuidador casual no habían comunicado la muerte ni denunciado la desaparición, presuntamente, se ha cometido un delito de abandono de animal doméstico con omisión del deber del cuidado del cánido, que ha desembocado en su muerte. Los agentes del Seprona de la Guardia Civil han instruido las diligencias correspondientes y las han entregado a los Juzgados de Lerma.