La Audiencia de Barcelona juzgará la semana próxima a tres miembros de una familia acusada de blanquear 855.000 euros de los beneficios ilegales que obtuvieron durante catorce años del tráfico de armas a través de un quiosco situado en Montjuïc, junto al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

La Fiscalía, en su escrito de acusación provisional, pide cinco años de prisión y una multa de un millón de euros por delitos de blanqueo de capitales para la pareja acusada y su hijo, quienes serán jugados la semana próxima en la sección segunda de la Audiencia de Barcelona.

El ministerio público señala a la madre de la familia como la titular de la concesión administrativa del quiosco de Montjuïc en la que el clan familiar blanqueaba supuestamente el dinero proveniente del tráfico de armas, un pequeño chiringuito denominado "Bar Nuri", que estuvo en funcionamiento desde 1998 hasta el 2012.

Sus cuentas bancarias eran sospechosas

Como ejemplo, la Fiscalía detalla que, en una cuenta abierta en CaixaBank en la que la el clan familiar guardaba 942.222,50 euros, 442.223,80 euros provenían del quiosco de Montjuïc, y se habían ingresado en la cuenta bajo el concepto de "Caixa", pese a su origen ilícito.

El clan familiar, que empezó con actividades delictivas a finales de los noventa, tiene diversos antecedentes relacionados con el tráfico de armas y, de hecho, dos de los familiares ya han pasado por la prisión por hechos similares.

El ministerio público cita una condena de un año de prisión a uno de los miembros de la familia en 1997 por tenencia de armas sin licencia o permiso, otra condena en 2009 de cuatro años de cárcel por un delito de depósito de armas o municiones, y una tercera para otro de los acusados de cinco años y un día de prisión.

Guardaban coches y armas en su domicilio

En esa última sentencia, por ejemplo, el juez declaró probado que la familia guardaba en su vivienda dos vehículos de alta gama y gran cantidad de armas de fuego, munición y utensilios para fabricar explosivos, así como miles de euros en metálico.

En total, la Fiscalía valora en 1.443.937,49 euros el patrimonio familiar conseguido por el clan con los ingresos provenientes de la venta de armas y explosivos, dinero que introducían en el tráfico jurídico legal mediante estrategias de blanqueo enmascaradas a través de la facturación del quiosco.

Según ha informado TV3, la mujer reabrió en 2012 el negocio, aunque sus horarios eran algo irregulares. Pese a ello, el establecimiento cerró definitivamente en 2020, renunciando al la licencia que les otorgaba el Ayuntamiento de Barcelona.