Poner una contraseña no es un tema ligero. Hay que pensarlo bien, sobre todo si la palabra de paso sirve para entrar en cuentas críticas, como la de la banca en línea, donde guardamos todo nuestro dinero. Cada vez son más frecuentes las estafas hechas desde todo el mundo que, mediante ingeniería social o fuerza bruta, consiguen apoderarse de contraseñas y acceder a tus cuentas. Los estafadores profesionales han mejorado sus técnicas, y hay pocas medidas de seguridad que les puedan resistir. La seguridad global y la capacidad de la policía van un paso atrás de la destreza de los ciberdelincuentes, que, con los grandes beneficios que obtienen, pueden invertir millones para ser más peligrosos.

La seguridad 100% no existe, y los Mossos reconocen que van por detrás de los ladrones. Actualmente, una parte importante del trabajo policial es concienciar a la sociedad de los peligros de los hackers internacionales para mejorar nuestras herramientas de defensa. Tanto los ciudadanos como la policía solo se pueden intentar defender. La ofensiva contra los hackers, ahora mismo, y menos desde Catalunya, es casi imposible. Por eso, aunque los Mossos d'Esquadra han desplegado planes concretos contra el cibercrimen y han creado una comisaría general tecnológica, aún están a años luz de poder combatir la ciberdelincuencia, un tipo delictivo creciente, muy especializado, que genera millones de beneficios ilícitos y que a menudo está relacionado con las organizaciones del crimen organizado, las cuales han encontrado en las estafas una nueva forma de vida.

Usar letras complicadas para hacerlo más difícil

Sea como sea, en esta estrategia de contención, los Mossos d'Esquadra llevan meses que, a falta de poder hacer algo más, lanzan mensajes de consejos para, si más no, hacerlo más difícil a los ladrones. El último truco que han explicado es el uso de una letra de la grafía catalana que es casi única en el mundo: la ç, la ce trencada, en las contraseñas. Usar esta letra, que no aparece en muchos teclados de todo el mundo (además del catalán, también se utiliza en portugués, francés, occitano, albanés, turco y azerí), complica el trabajo a los hackers. Si los ciberdelincuentes no tienen esta letra en su teclado, es mucho más difícil que accedan a tu cuenta y pirateen las claves de acceso.

Evidentemente, hay mil maneras de conseguir esta letra, sea con teclados virtuales u otras herramientas, como también nosotros podemos escribir letras de otros teclados, pero en el modus operandi de los ciberdelincuentes, que tienen millones de posibilidades de acceder a cuentas en todo el mundo, si lo hacemos un poco más difícil, generamos una capa más de seguridad. No puede ser la única medida; usar la 'ç' en una contraseña no es el método definitivo ni nos salvará de ser víctimas de estafas, pero hará un poco más difícil a los ladrones digitales, que tal vez opten por cuentas que no tengan este carácter. Es importante combinar este consejo de los Mossos con otras medidas de autoprotección: no hacer clic en enlaces extraños, desconfiar de ofertas y cambiar la contraseña de vez en cuando, especialmente si se cree que se ha podido comprometer la seguridad.