Transferir dinero a través de tu cuenta bancaria a una cuenta corriente de un desconocido a cambio de una comisión puede parecer un negocio redondo, pero forma parte del entramado de los ciberdelincuentes. Aunque pueda parecer una oportunidad fácil de ganar dinero, puede tener graves consecuencias y acabar no solo con una imputación, sino también con penas de prisión. Estas ofertas, que llegan de desconocidos y solicitan realizar movimientos de dinero a cambio de una comisión, tienen por objetivo captar personas para que actúen como mulas bancarias, es decir, que ayuden a blanquear y mover dinero obtenido ilegalmente. Se trata de un delito grave recogido en el Código Penal, que prevé penas de prisión para los implicados.

Los bancos y los investigadores policiales han detectado que cada vez hay más personas que participan y que, por tanto, supuestamente colaboran con entramados criminales, la mayoría formados por grupos de ciberestafadores. Estos delincuentes utilizan las mulas para hacer circular el dinero que obtienen mediante actividades fraudulentas, blanquearlo y continuar generando beneficios con nuevas estafas. Aunque pueda parecer un negocio fácil, es un peligro, tanto desde el punto de vista ético como legal, porque implica colaborar con criminales y participar en un delito de blanqueo de capitales.

¿Qué es una mula bancaria?

Es una persona que, consciente o inconscientemente, permite que su cuenta bancaria sea utilizada para recibir y transferir dinero obtenido de manera fraudulenta. Esta práctica es habitual en esquemas de blanqueo de capitales, estafas en línea y ciberdelincuencia. Los delincuentes ofrecen pequeñas cantidades de dinero para hacerlo atractivo y se aprovechan de personas vulnerables, con necesidades económicas o que creen que pueden ganar dinero fácil.

Los criminales captan a las víctimas a través de ofertas de trabajo falsas, redes sociales, correos electrónicos fraudulentos o incluso mediante engaños amorosos, como el romance scam. La mula recibe dinero en su cuenta, proveniente de estafas, phishing u otras actividades ilícitas. A continuación, transfiere el dinero a otra cuenta, a menudo en el extranjero, quedándose una pequeña comisión. Este proceso dificulta el rastreo de los autores reales de los crímenes financieros, pero quien queda expuesto es la mula, ya que sus datos bancarios sí pueden ser rastreados por la policía. Además, los bancos pueden bloquear las cuentas implicadas en transacciones sospechosas y, en algunos casos, las mulas también son estafadas y extorsionadas.

¡Que no te engañen!

El mejor consejo es evitar, a toda costa, participar en este tipo de transacciones para minimizar el riesgo de tener problemas legales o acabar estafado. A menudo, estos criminales utilizan ofertas de trabajo falsas para captar personas que hagan de mulas bancarias. Por eso, los bancos y las autoridades recomiendan desconfiar de ofertas de trabajo demasiado buenas para ser ciertas, no aceptar transferencias de desconocidos, verificar siempre la procedencia del dinero recibido y avisar al banco o a los Mossos d'Esquadra si se detecta alguna transacción sospechosa.