El avance de la tecnología a menudo nos permite estar más seguros, con nuevas formas y aparatos para protegernos y vigilar, pero, a veces, son precisamente estos sistemas los que nos ponen en una posición más vulnerable. Actualmente, están de moda las cerraduras inteligentes, a veces vinculadas al sistema de alarma del hogar, que prometen una mayor seguridad y afirman que la única forma de hacer girar la cerradura es si tienes la aplicación, es decir, si eres el propietario de la vivienda. Ahora, sin embargo, parece que los ladrones han descubierto una forma de aprovechar estos aparatos y, en lugar de dificultar el robo, les facilita la entrada más que nunca. Por lo tanto, si tienes una cerradura inteligente o te estás planteando comprar una, ten en cuenta este problema y revisa bien su configuración antes de salir de casa.

Las cerraduras inteligentes funcionan de forma muy sencilla: colocas el aparato en tu puerta y este evita que se pueda forzar con un alambre o cualquier herramienta diseñada para abrir puertas. Además, si detecta que alguien está intentando forzarla, puede avisar automáticamente a la policía, que probablemente llegará a tu casa antes de que los ladrones consigan entrar. El aparato, sin duda, es muy útil, pero también tiene un gran problema que puede anular completamente el funcionamiento de la cerradura y, directamente, abrir la puerta. Lo que hacen los ladrones es utilizar la mirilla de la puerta. 

Desactivar la opción

Los delincuentes perforan la mirilla, un punto débil de tu puerta, y cuelan una herramienta larga pero fina por el agujero. Con esta consiguen llegar a la cerradura inteligente y, haciendo que pulse un botón, abrir la puerta, ya que el dispositivo detecta que alguien la está anulando desde dentro y, por lo tanto, solo puede ser alguien que ya está en casa y no un ladrón del exterior. Afortunadamente, esta opción se puede desactivar en la mayoría de las cerraduras, por lo que solo hay que tenerlo en cuenta y valorar si preferimos la comodidad de abrir la puerta pulsando un botón o la seguridad de bloquear la función.