Es habitual ir con pies de plomo cuando compramos cosas por internet, ya que nunca se sabe si el producto que estamos adquiriendo es realmente el que se anuncia o, a veces, ni siquiera sabemos si nos llegará. Por otra parte, acostumbramos a estar tranquilos cuando somos nosotros quienes vendemos un producto, ya que lo habitual es cobrar el dinero y después enviar el producto, pero eso no quiere decir que no nos pueda estafar a un comprador. De hecho, es más habitual de lo que podemos pensar. Eso es exactamente lo que pasó a un gallego a quien vendía un iPhone 13 Pro Max y se quedó sin móvil y sin dinero.
El hombre puso el teléfono en venta a un precio de 1.300 euros, un coste más elevado que el de muchas tiendas, pero justificado por la demanda que tenía el aparato electrónico. Un potencial cliente respondió la oferta diciendo que estaba interesado en el producto y aceptó el precio establecido sin negociar. Después de una breve conversación, el vendedor recibió el pago y envió el móvil, dando por finalizada una transacción como cualquier otra, o, al menos, eso creía.
Después de recibir el dispositivo, el comprador le dijo que el iPhone estaba bloqueado por iCloud, un problema habitual en móviles robados. El vendedor se extrañó, pero aceptó devolverle el dinero, que el cliente le enviara el teléfono y cancelar el proceso de compra. El problema fue que, una vez le devolvió el dinero, el comprador se desentendió completamente del tema y ya no le contestó más mensajes. Por lo tanto, el vendedor acababa de perder 1.300 euros y se había quedado sin el móvil.
Un año de prisión para el estafador
Cuando entendió que le habían robado, el vendedor se puso en contacto con las autoridades y denunció al estafador. El juicio ha dado la razón al hombre que se quedó sin dinero ni teléfono después de que este demostrara que el móvil nunca había sido bloqueado y que el cliente no le había devuelto ni el dinero ni el móvil. La Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado el estafador a un año de prisión y le ha hecho pagar una indemnización de 1.300 euros al denunciante. No se sabe qué ha pasado con el móvil, pero como la víctima ha recibido el dinero, se da el caso por cerrado.