Los puentes y fechas festivas son sinónimo de salidas en carretera de muchos vehículos. Los accidentes en estos días suelen aumentar considerablemente. Además, al hacerse en invierno muchas familias optan por ir con sus coches a la nieve a hacer excursiones, esquiar o simplemente a disfrutar de un paisaje poco habitual en las grandes ciudades.
Las carreteras del norte del país pueden sufrir grandes cambios y condiciones adversas para los conductores. La presencia de hielo en la calzada puede ser un problema extremo y las autoridades intentan combatirla para reducir el número de accidentes durante estas fechas señaladas.
Las autoridades locales deciden combatir el problema del hielo en las carreteras con un elemento que lo elimina, la sal. Pese a ello, puede tener consecuencias negativas para la conducción y convertir el remedio en una nueva enfermedad.
Las propiedades de la sal en las carreteras
La función de la sal es la de reducir la temperatura de congelación para evitar que se formen placas de hielo en la carretera y el coche resbale, haciendo que el conductor pierda el control del vehículo por completo. En España se suele usar salmuera, una mezcla de agua y sal, para reducir la cantidad de producto en cada aplicación.
La sal se suele utilizar con temperaturas relativamente bajas, ya que cuando son menores de los -10 ºC las propiedades de la sal ya no son las mismas y no cumple con la función de derretir el hielo con la misma eficacia. De -11 ºC en adelante el proceso para derretir las placas de hielo se vuelve demasiado lento, por lo que optan por otras opciones en los territorios más fríos.
De hecho, en países más fríos utilizan la sal acompañada de magnesio y calcio, que logran que sean necesarias temperaturas todavía más bajas para congelar el agua, reduciendo considerablemente el punto de congelación.
Los peligros de la sal en las carreteras
Aunque su presencia en las carreteras es positiva para el buen estado de la calzada puede tener consecuencias extremadamente negativas en los vehículos. La carrocería y los bajos de los coches se resienten significativamente, ya que se forma una capa corrosiva que puede provocar oxidación en varias de las piezas del vehículo. Se trata de un problema grave, que puede ser peor en el caso de las motos, ya que sus elementos mecánicos están más expuestos.
Estos problemas pueden afectar considerablemente al funcionamiento de los frenos, pierden parte de su capacidad e incluso el pedal se puede endurecer considerablemente. Para que esto no ocurra se recomienda limpiar muy bien la parte baja del coche para eliminar los restos de sal del vehículo.
También se recomienda cubrir la parte baja de la carrocería del coche con cera protectora antes de hacer un viaje para evitar que la sal se cristalice en ella.
Además de los problemas mecánicos que puede ocasionar, la utilización de sal en las carreteras es un problema ecológico. Se calcula que poco más de la mitad de la producción mundial de este elemento se destina a las carreteras. También su presencia puede afectar a algunas aguas potables cercanas a través de filtraciones.
En algunos países como Canadá o Noruega se están utilizando aceites biodegradables, aunque su precio es considerablemente mayor al de la sal (90 euros la tonelada).