Muchas veces no somos conscientes de quién es realmente la persona con quien compartimos muchas horas y anécdotas de nuestro día a día: compañeros de trabajo, vecinos, socios del club deportivo, de la biblioteca o el cajero que se nos atiende en el supermercado. A menudo hay investigaciones policiales, o pequeños hechos, que hacen que se destape la verdadera identidad de aquellos que cada mañana nos dicen "buenos días", saben el nombre de nuestros hijos o incluso hacemos planes con ellos. Eso es lo que ha pasado recientemente en Andorra.
Un hombre de 31 años decidió, el año 2024, empezar de cero y marcharse de Chile, su país. El hombre inició la ruta desde Antofagasta, una ciudad costera del norte de su país y voló hacia Madrid. Una vez en Europa, emprendió un viaje en carretera hasta llegar a su destino final: Andorra. Muy rápidamente este hombre se integró en este país de solo 81.500 habitantes, llegando a considerarse uno más: trabajaba, hacía deporte, conocía gente. Nadie tenía ningún tipo de sospecha sobre cuál podría ser su pasado.
El hombre había cometido dos asesinatos en su país
La Policía de Andorra recibió, un día de abril del año 2025, un mensaje de la Interpol que decía que, el hombre chileno, que hacía solo un año que había llegado al Principat, tenía una orden de detención en su país como presunto autor de dos delitos de homicidio. Las autoridades chilenas iniciaron la investigación cuando lo vincularon con dos asesinatos, ligados a un secuestro. En el piso de este hombre, donde supuestamente se había cometido el secuestro, la policía chilena encontró una gran cantidad de droga y un arma de fogueo modificada para disparar.
Los investigadores de Chile comprobaron que el individuo había hecho las maletas y se había marchado hacia España, y pidieron ayuda a la Policía Nacional, que puso en marcha una investigación y situó al hombre en el Principat. La policía española utilizó los canales de cooperación entre los cuerpos policiales y contactó con la Oficina Central Nacional de INTERPOL de la Policía de Andorra. Los agentes hicieron las verificaciones correspondientes, lo localizaron y lo detuvieron.
Este lunes 1 de septiembre, después de hacer las gestiones que estipula la Ley calificada de Extradición de la Constitución andorrana, el hombre ha sido entregado a las autoridades chilenas, que se han desplazado al Principat y han hecho el traslado con la colaboración de la Policía Nacional de España.
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