Las agresiones en las prisiones catalanas siguen sin parar. Este viernes por la tarde se ha vivido un nuevo episodio con un funcionario teniendo que ser atendido por un sanitario de la mutua para que le curaran las lesiones provocadas por el ataque de un interno. Ha pasado en la prisión de Mas d'Enric, en el municipio tarraconense del Catllar, donde un recluso marroquí de 23 años que estos días estaba en el Departamento Especial de Régimen Cerrado (DERT), el módulo donde se hace el aislamiento de los internos que generan problemas o conflictos dentro del centro penitenciario, le ha dado un puñetazo en la cara a uno de los funcionarios.
El agresor ha podido ser reducido antes de que le pudiera hacer todavía más daño y ha sido trasladado nuevamente a su celda, mientras el funcionario ha ido a recibir atención médica para comprobar el alcance de las lesiones que le había provocado. El interno, que ya ha pasado en varias ocasiones por la cárcel, tiene una condena que se alarga hasta julio de 2031 por los delitos de robo con fuerza y robo con violencia e intimidación.
La violencia en las prisiones continúa
La de este viernes en la prisión de Mas d'Enric, la misma donde hace medio año un preso mató a la encargada de la cocina, es solo el último capítulo de la violencia que los funcionarios de prisiones tienen que vivir día tras día en Catalunya. En el mismo centro penitenciario de Tarragona, una interna intentó matar a una de las funcionarias asfixiándola con un cordel a finales de julio. En las últimas semanas, también se han vivido episodios violentos en otras prisiones, como la de Puig de les Basses, en Figueres, o la de Quatre Camins, en la Roca del Vallès. En el centro gerundense, ocho funcionarios resultaron heridos con una intoxicación por humo en un incendio provocado por uno de los reclusos, mientras que en la prisión barcelonesa un interno atacó a golpes y con orina a dos funcionarios y agredió sexualmente a una mujer.