El tráfico de marihuana exporta crimen organizado a Catalunya. Es el que los Mossos hace tiempo que aseguran que pasa y que los datos parecen confirmar. Esta semana la Policía Nacional ha liberado a un chico rumano que había sido secuestrado y torturado durante 19 días por una clan de narcotraficantes albaneses por una revancha por la pérdida de una carga de marihuana que, según los secuestradores y torturadores, estaba valorada en 750.000 euros.

La investigación de los hechos arrancó cuando la Policía Nacional española tuvo conocimiento, por parte del agregado de Interior en Rumania, que un joven de aquel país había sido detenido por una banda de narcotraficantes en Vilaverd, en la Conca de Barberà (Tarragona).

Fue el padre de la víctima quien denunció los hechos. El hombre tiene una empresa dedicada al transporte internacional de mercancías por carretera. Según su declaración, uno de sus empleados tenía que hacer una entrega desde el puerto de Valencia hasta Italia con uno de sus camiones. La entrega nunca llegó a su destino y el empleado desapareció abandonando el vehículo en Girona.

El padre no sabía en qué negocios estaba su hijo

Sin saber todavía en qué negocios estaba puesto su hijo, el hombre decidió viajar a Catalunya con su coche para aclarar la situación y recuperar el camión. Durante el viaje, su hijo le explicó algunas cosas que todavía no sabía. Le confesó que el camión tenía que realizar "un transporte especial", que podría tratarse de una mercancía de 700 kilos de marihuana. Esta carga fue recogida por otro conductor de la empresa que se había desplazado desde Valencia a Girona. Allí, los dos conductores entraron en contacto, separando la mercancía. Por una parte, el segundo de los conductores tenía que llevar los 400 kilogramos con su camión hasta Alemania, mientras que el otro tenía que traer los 300 restantes hasta Italia.

Una de las entregas se hizo sin problema, pero una segunda no. Los conductores estaban a las órdenes del hijo del jefe de la empresa, que no sabía cuáles eran los negocios de él, pero que no sabía que uno de los conductores lo engañaría y desaparecería con los kilos de marihuana.

Los propietarios de la marihuana secuestraron al hijo

El hijo del empresario viajó desde Rumania hasta España para reunirse con su padre e intentar localizar al conductor desaparecido. Después de varios intentos infructuosos, los dos se reunieron en Vilaverd con tres hombres de origen albanés, los propietarios de la marihuana que tenían que transportar. Eran los hombres con quienes el hijo del propietario de los camiones había negociado el traslado. Estas personas también estaban buscando al conductor para recuperar la marihuana y con el pretexto de buscarlos juntos, invitaron al hijo del denunciante a acompañarlos con su coche. Aquí arrancó el secuestro.

El padre contactó con el hijo, pero este le dijo que no podía volver. El padre, sabiendo que alguna cosa no iba bien, contactó con el otro conductor, que le confirmó que los albaneses habían secuestrado a su hijo. "Estaba secuestrado hasta que apareciera el conductor desaparecido o recuperaran la mercancía robada", le aseguró.

Pedían el pago de 750.000 euros de la marihuana

Los secuestradores llegaron a solicitar, a través de él, un rescate por valor de 750.000 euros, porque esta era la cantidad en la cual valoraban la mercancía desaparecida. Durante los casi 20 días que duró el secuestro, los hombres que tenían retenido el joven enviaron imágenes de la cara del secuestrado con la cara desfigurada y con claros indicios de haber sido golpeado.

El padre intentó encontrar a su hijo, todo y que sin éxito. Finalmente decidió volver a Rumania y denunciar desde allí los hechos. La cooperación internacional fue clave. Las llamadas que recibía el hombre se hacían con un teléfono desde Marruecos. A pesar de eso, y los intentos de negociación, no se pudo liberar al joven.

Interceptados en Tarragona, de camino a Girona

Las investigaciones pudieron situar a la víctima y sus secuestradores a Elche, en la Comunidad Valenciana, y que querían trasladar al hombre hasta Girona. La Policía Nacional montó un dispositivo policial de cierre a la altura de Tarragona, donde se verificó que el secuestrado se encontraba dentro de un coche, pudiendo detener al secuestrador. En Elche se detuvo a otro individuo que presuntamente había participado en el secuestro. Después de ser entregados al juez, fueron enviados a la prisión.

Torturado durante 19 días

Durante su cautividad, el secuestrado sufrió puñetazos, golpes con un cable y quemaduras de cigarro, y fue atado fuertemente de pies y manos durante los 19 días que permaneció sin libertad. También llegaron a ponerle una pistola en la cabeza e intentaron asfixiarle en varias ocasiones.