Una investigación abierta por unos hurtos en las instalaciones del Comité Olímpico Español, en Madrid, ha revelado un delito más turbio. Al comprobar las cámaras de seguridad, vieron que uno de los vigilantes de seguridad eyaculaba en las botellas de agua de sus compañeras de trabajo. El empleado, de 67 años y origen rumano, hacía dieciséis que trabajaba para la compañía Urbisegur que también tiene en la plantilla a su mujer. De hecho, la excusa del hombre cuando lo pillaron fue que las víctimas le hacían la vida imposible a su esposa y actuó así como "venganza".

Las dos chicas que han sido víctimas de esta asquerosa represalia, han negado las acusaciones; de hecho, según explica el diario El Mundo, una de ellas hacía solo dos meses que trabajaba en el Comité Olímpico, y no coincidía en horarios con la mujer del detenido, acusado de un delito contra la integridad moral y de otro de agresión sexual.

Hacía meses que sospechaban de sus comportamientos

El hombre, según lo que se ha podido averiguar con las grabaciones de las cámaras de seguridad, aprovechaba cuando hacía el turno nocturno para masturbarse en el despacho del personal de seguridad donde las compañeras dejaban las botellas de agua y eyaculaba dentro. Desde el mes de noviembre que las dos mujeres, de 22 y 39 años, sospechaban de sus comportamientos y lo denunciaron el pasado mes de enero después de que el visionado de las cámaras de seguridad revelara lo que hacía.

El hombre, aunque había quedado registrado en vídeo en seis ocasiones, se negó a declarar ante los agentes de la Policía Nacional, pero confesó a su entorno que había actuado así por venganza, ya que las dos víctimas, según él, le hacían mobbing a su mujer que también trabajaba en las instalaciones.

Por su parte, la mujer del detenido ha manifestado que no sabía nada de lo que hacía su marido, presuntamente, para defenderla. El arrestado ha sido despedido de su puesto de trabajo posteriormente a la detención, y ha quedado inhabilitado provisionalmente para ejercer tareas de seguridad.