Las serpientes venenosas ya tienen un nuevo enemigo: un niño de tan sólo ocho años de Jaipur (India). Una cobra, posiblemente real o naja para ser las más comunes en el subcontinente asiático, entró en el patio de casa de Deepak mientras jugaba tranquilamente. Él no se dio cuenta de la presencia resbaladiza del animal, hasta que empezó a enredarse por una de sus extremidades y lo mordió. Una acción poco pensada por parte de la serpiente, si hubiera sabido que sería la última cosa que haría con vida. El chico le respondió con otra dentellada que la mató poco después.

Mordisco seco sin veneno de cobra: el error que la llevó a la muerte

La serpiente lo mordió, no obstante, lo hizo mal, con una técnica que se conoce como mordedura seca. Es decir, aquellas en las que todavía no han conseguido inocular veneno y sólo dejan las marcas de los colmillos. Los expertos calculan que la mitad de dentadas son de este tipo, dado que el reptil necesita mucha energía para crear veneno y lo reserva para cuando realmente es necesario. Quizás, en este caso, habría sido el adecuado para utilizarlo si quería salvar la vida. Sin embargo, el chico reaccionó rápido y, según ha informado RT, "sintió un gran dolor" y cuando la cobra dejó de moverse "se la intentó sacar de encima". Pero al ver que esto no funcionaba "la mordió dos veces", el niño explicó que todo "sucedió en un instante".

El menor fue trasladado al hospital después del incidente, donde recibió el antídoto contra el mordisco venenoso de la cobra que, afortunadamente, no le inoculó la toxina. Estuvo varias horas en observación médica, hasta que poco después el herpetólogo Qaiser Hussain explicó que se trataba de una mordedura seca. Sin embargo, este tipo de dentelladas de serpiente pueden provocar mucho dolor y daños graves en el tejido de la piel. Por suerte, en este caso, el niño logró salir victorioso y mató al animal que lo agredió.