El municipio de Arbeca, en Lleida, ha vivido tres meses de auténtica pesadilla. En este pueblo de poco más de 2.000 habitantes, el miedo y la inquietud se instalaron entre los vecinos después de una ola de robos que empezó a principios de agosto y se repitió hasta octubre. Tras semanas de incertidumbre, la Unitat d'investigació de los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Mollerussa pusieron fin a la angustia este viernes, 10 de octubre, con la detención de un vecino del pueblo de 27 años como supuesto autor de los ocho robos con violencia que habían arrebatado la calma de Arbeca.
Los hechos comenzaron la madrugada del 4 al 5 de agosto, cuando los Mossos d'Esquadra recibieron dos denuncias de dos robos que se habían cometido en dos casas diferentes del mismo municipio, en Arbeca, y abrieron una investigación. A mediados de septiembre los agentes recibieron la denuncia de otra persona que también había sido víctima de un robo cuando no había nadie en casa, pero las cámaras de vigilancia hicieron fotografías del ladrón y la víctima, al presentarse en la comisaría, facilitó las imágenes a los agentes. Estas fotografías ayudaron a los investigadores a identificar plenamente al individuo, pero solo faltaba poder atribuirle los otros robos que había cometido.
Mientras tanto, la ola de robos que hubo en L'Arbeca fue haciéndose más grande y en solo dos meses —desde agosto hasta el último, que fue el 3 de octubre— el sospechoso habría entrado en tres domicilios más y dos almacenes. Además, en una cuarta casa, el hombre habría forzado la puerta, pero un vecino lo pilló y se puso a gritar, lo que provocó que el individuo saliera corriendo de la vivienda donde quería acceder.
El hombre conocía perfectamente el pueblo
Los Mossos supieron rápidamente que el ladrón era vecino de L'Arbeca y que conocía perfectamente el pueblo: siempre entraba a robar en aquellas casas que estaban vacías, fuera porque el propietario residía en otro municipio y la vivienda era su segunda residencia o porque los propietarios eran personas de avanzada edad que estaban ingresadas en centros geriátricos.
Según han informado fuentes policiales, el ladrón no tenía un objetivo específico a la hora de entrar a robar y del interior de los domicilios o los almacenes se llevaba todo aquello que estaba a su paso: joyas, comida e, incluso, del interior de una de las casas robó el tubo de cobre de la instalación de la calefacción. Por casualidad, los agentes de los Mossos, haciendo controles preventivos de chatarra, identificaron al hombre después de vender en un desguace el tubo que se habría llevado de una de las viviendas.
Finalmente, el viernes, 10 de octubre, los Mossos detuvieron al hombre de 27 años, de nacionalidad española y vecino de Arbeca como supuesto autor de ocho robos con fuerza: dos en almacenes y seis en domicilios, uno de ellos en grado de tentativa. El detenido, que tiene antecedentes policiales, pasó a disposición judicial ante el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Lleida el sábado, 11 de octubre.