Este lunes de madrugada, un ladrón muy espabilado aprovechó que había un hombre en la calle con evidentes síntomas de ir borracho para robarle todo lo que tenía. Los hechos, que tuvieron lugar en el distrito de Sant Martí de Barcelona, este 13 de octubre, alrededor de las cuatro y media de la mañana, pasaron -sin que el delincuente tuviera conciencia de ello- delante de una patrulla de paisano de la Guàrdia Urbana de la capital. Este grave error, de no comprobar si había algún testigo que lo pudiera delatar o de asegurarse de que tampoco había presencia policial en la zona, le costó la detención en el mismo lugar de los hechos.

Saquea a la víctima delante de agentes de la Guàrdia Urbana 

El ladrón asaltó a la víctima, que no se podía defender por encontrarse bajo los efectos del alcohol, y le sustrajo dos cadenas de oro que llevaba colgadas del cuello sin que el propietario opusiera ningún tipo de resistencia. El ahora detenido seguramente pensó que era su día de suerte y que había encontrado un blanco muy fácil, pero no contó con el hecho de que las dos personas que justo pasaban por la calle eran policías de paisano.

La patrulla, al ver cómo el hombre agarraba a la víctima por la espalda y por el cuello para arrancarle las cadenas, actuó inmediatamente: sin darle tiempo al ladrón de intentar escapar, se acercaron, lo identificaron y lo registraron.

El ladrón entregó de manera voluntaria las dos cadenas doradas que acababa de sustraer y en los bolsillos le encontraron otras pertenencias de la víctima que había robado momentos antes, en concreto, su teléfono móvil y la documentación personal. En total, los objetos robados tenían un valor de 1.200 euros y pudieron ser devueltos a su legítimo propietario, quien rechazó la asistencia sanitaria que le ofrecieron. En cuanto al ladrón, quedó detenido por el robo y fue trasladado a dependencias policiales a la espera de ser puesto a disposición judicial.