El narcoasalto de Semana Santa en Sant Quintí de Mediona ha acabado revelando dos tramas criminales dedicadas al tráfico de hachís y ha permitido a los Mossos d’Esquadra desarticular dos grupos diferentes implicados en el mismo negocio ilegal. La División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Policial Metropolitana Sur, bajo la batuta del subinspector Òscar Duran, ha culminado una investigación de meses con catorce detenidos, entre responsables de la guardería de droga, la casa de Sant Quintí, y los autores del asalto fallido, en lo que se ha bautizado como el caso Cova. Los hechos, tal como avanzó ElCaso.com, comenzaron de madrugada, cuando patrullas de los Mossos fueron alertadas de la presencia sospechosa de una furgoneta delante de un domicilio y de un hombre golpeando violentamente la puerta. Al llegar, las dotaciones descubrieron un coche que bloqueaba la vía y cuatro furgonetas cargadas de sacos y paquetes marrones que, posteriormente, se confirmó que contenían casi cinco toneladas de hachís. En el exterior y en el interior de los vehículos los agentes también localizaron armas de fuego, pasamontañas, guantes, bridas, distintivos policiales falsos e inhibidores de frecuencia.

En ese mismo momento, los Mossos detuvieron a tres hombres que intentaban huir campo a través y a dos más que ofrecían explicaciones incoherentes sobre su presencia en la zona. Según la policía, los cinco formaban parte del grupo que pretendía robar la droga. Durante la intervención, sin embargo, también se descubrió que el residente de la casa no era una víctima inocente: en el sótano del domicilio, bajo el garaje, en una especie de cueva, que es lo que ha dado nombre al caso, se escondían más paquetes de hachís, armas y más de 90.000 euros en efectivo. El hombre, encargado de custodiar el almacén de droga, también quedó detenido.

Investigación en dos direcciones

A partir de aquí, la DIC abrió una investigación con dos líneas de trabajo: identificar a los responsables de la guardería de hachís y localizar al resto de integrantes del grupo asaltante. Los investigadores consiguieron identificar a cuatro personas relacionadas con la logística, distribución y custodia de la droga, así como a cuatro hombres más que habrían participado en el asalto del 18 de abril, sumándolos a los cinco detenidos aquella noche. Se trata de personas de nacionalidad albanesa, argentina, española y marroquí, entre las dos organizaciones. En el caso de los asaltantes, tal como ha podido saber ElCaso.com, se trata de personas con antecedentes que se organizaron para hacer el asalto violento, al estilo de una UTE -Unión Temporal de Empresas-. Teniendo en cuenta la gran cantidad de droga, hacía falta una logística y una organización, que hicieron los líderes del asalto, reclutando personas vinculadas a la delincuencia. Por ahora se desconoce cómo los asaltantes supieron que en esta casa del centro de Sant Quintí había esta gran cantidad de droga, pero la policía sospecha que alguno de los colaboradores de los narcotraficantes vendió la información a este grupo de ladrones.

 

Con la información confirmada y a disposición del juzgado que ha llevado el caso, de Vilanova i la Geltrú, la policía catalana activó el dispositivo de explotación en dos fases. La primera, el 12 de noviembre, incluyó dos entradas y registros en Sant Martí Sarroca y Vilafranca del Penedès, que acabaron con cuatro detenidos vinculados a la gestión de la droga que escondían en Sant Quintí. Se intervinieron armas de fuego, dinero en efectivo, documentación y aparatos de telefonía móvil. La segunda fase, ejecutada el 17 de noviembre, permitió detener a cuatro hombres más en Barcelona, Gavà, el Prat de Llobregat y Cornellà de Llobregat, todos ellos relacionados con el asalto violento a la casa de Sant Quintí.

En total, la investigación ha acabado con catorce personas detenidas y puestas a disposición judicial por delitos de robo con violencia e intimidación, tenencia de armas y explosivos, delitos contra la salud pública, falsificación documental y usurpación de funciones públicas —utilizaron ropa que simulaba ser policial para realizar el asalto. No consta que los investigados hubieran participado en otros robos. Esta investigación de la DIC de la Región Policial Metropolitana Sur de los Mossos confirma las dos caras de la misma moneda. La droga intervenida, estos 4.800 kilos de hachís, valorados en unos diez millones de euros, certifican el poder de estas mafias que operan en nuestro país y que se encargan de mover el hachís que llega desde Marruecos a Catalunya, ya sea por tierra o mar. También muestra cómo las bandas rivales organizan asaltos para hacerse con la droga de otros narcos, con gran violencia y armados hasta los dientes. El tráfico de droga y las organizaciones criminales instaladas en Catalunya son, hoy por hoy, una de las preocupaciones más importantes de los Mossos d'Esquadra, que ven que, a pesar de las investigaciones que se realizan, el poder de las mafias internacionales y multinacionales que actúan en Catalunya supera la capacidad de la policía.