Hace más de cuatro años que la Policía Local de Santa Coloma de Gramenet hizo una apuesta decidida por una unidad especial de policía, la Unidad de Apoyo y Reacción Rápida, conocida como USIR, por sus siglas. Un equipo formado por una quincena de hombres y dos mujeres, comandado por un sargento y un cabo, que ya se ha convertido en uno de los referentes de esta ciudad y de su policía municipal. Permite a los agentes de los turnos ordinarios disponer de capacidad reactiva y poder hacer dispositivos e intervenciones con más seguridad. Controles de paso de vehículos, controles de personas para buscar armas blancas, inspecciones administrativas en locales públicos y, sobre todo, una de las joyas de la corona: actuar contra las ocupaciones ilegales, uno de los problemas más graves que sufren los municipios del área metropolitana de Barcelona.
Formados en orden público, con un uniforme y vehículos diferenciados de las otras patrullas de la Policía Local y con herramientas especiales, cada tarde y noche uno de los dos equipos de la USIR patrulla las calles de Santa Coloma de Gramenet. Para saber más sobre cómo trabajan, ElCaso.com les ha podido acompañar durante una tarde.
Bajo las órdenes del cabo, los agentes de esta unidad de apoyo policial, cada vez más frecuente en policías municipales, hacen controles en calles de la ciudad para hacer pruebas de alcoholemia y drogas y también para revisar la documentación de los vehículos. Aunque parece imposible, todavía hay mucha gente que viaja sin ITV, seguro o permiso de conducir. En poco tiempo, los controles, que deben ser dinámicos para evitar levantar sospechas, los agentes han encontrado varias infracciones. La grúa se ha llevado dos vehículos: uno que circulaba sin seguro y otro, una motocicleta, por culpa del conductor, que nunca se había sacado el permiso. Cuando puedan acreditar que tienen seguro o que tienen carnet, podrán recuperar el vehículo después de pagar la correspondiente tasa de la grúa y la multa. Además, el motorista sin carnet deberá comparecer en un juicio rápido la próxima semana.
Después del control de vehículos, es el turno del control de personas. Uno de los puntos de mayor congregación de gente en la ciudad es la estación del metro de Fondo, un punto cercano también a la ciudad de Badalona, donde los agentes de la USIR de manera casi diaria hacen controles. El objetivo, hoy, es localizar armas blancas. El cabo, sin embargo, sabe que pueden encontrar cualquier cosa. ¿El filtro? Todos los que hagan algún tipo de movimiento extraño cuando vean a la policía. "Son patrones, tenemos que observar a la gente", apunta a ElCaso.com. El cabo lleva una cámara de grabación personal sobre su uniforme. Se encuentran de todo y la paciencia llega a los límites. Un hombre borracho increpa e intenta agredir a los agentes en la estación de Fondo. El cabo le avisa que grabará la actuación, una manera de tener un instrumento legal si finalmente es necesario actuar con contundencia contra el ciudadano. En este caso, como se ve en el reportaje en vídeo, el hombre acaba marchándose. Aunque ha golpeado al policía, el cabo actúa con proporcionalidad. Ordena a dos agentes que lo sigan a distancia para evitar que genere problemas en los andenes. "Evitamos hasta que podemos la detención, que es una privación de derechos, pero hay gente que nos pide a gritos ser arrestada", asegura, resignado, el cabo de la USIR.
Aviso de ocupación en caliente
Mientras se está haciendo el control, por emisora avisan al cabo que una vecina ha llamado a la Policía Local para avisar que se han detectado ruidos en un local que debería estar vacío. Los agentes de la USIR se desplazan hasta este local para comprobarlo. La rápida coordinación cuando se recibe un aviso así de un ciudadano puede ser clave. El objetivo de la USIR, y en los últimos años con una apuesta clara del gobierno municipal, es ser tan eficaces como sea posible para evitar ocupaciones ilegales de los pisos y locales de Santa Coloma de Gramenet. Cuando se puede acreditar que los okupas han accedido al inmueble y aún no lo han convertido en algo similar a su hogar, los agentes, amparados por la ley, pueden actuar y desalojar el espacio, incluso, haciendo uso de la fuerza, teniendo en cuenta que no se trata todavía de una vivienda.
Cuando se trata de un delito flagrante de ocupación ilegal, los cuerpos de seguridad pueden actuar, no es necesario esperar una orden judicial. Es cuando pasa un tiempo prudencial, subjetivo y variable, y cuando los okupas ya han establecido estancia en el piso o local, que es necesario que sea la autoridad judicial quien ordene el desalojo, un proceso que se puede alargar hasta dos años, con las molestias, inseguridad y degeneración que conlleva en un bloque de pisos o en un barrio. El cabo, sin embargo, avisa: la mayoría de las ocupaciones son delictivas, mafias que quieren después alquilar el piso o que lo quieren utilizar para montar plantaciones de marihuana. El porcentaje de familias sin recursos que hacen este tipo de ocupaciones, son mínimas. Cuando se detecta que hay niños, también se desaloja, pero se activan los servicios sociales.
Herramienta para abrir todas las puertas en una ocupación
Desde hace un año, la USIR de Santa Coloma de Gramenet también cuenta con una herramienta que no tiene ninguna otra policía local del estado y que permite abrir toda clase de puertas. Algunas veces, aunque la policía sepa que ha saltado la alarma, y por lo tanto hay un hecho objetivable para saber la hora que se ha ocupado el piso o el local, y que hay gente en el interior, los okupas no quieren abrir la puerta, intentando agotar el tiempo para convertir ese inmueble en su casa y alargar el proceso de desalojo. La Policía Local de Santa Coloma de Gramenet hizo una inversión y adquirió esta "llave maestra" que permite, con una bomba hidráulica de 5 toneladas, abrir todas las puertas, acceder al piso ocupado, desalojarlo y, según el protocolo, devolver el piso o el local a sus legítimos propietarios. "Algunas policías locales ya nos han pedido información y opinión sobre este artilugio", apunta el cabo.
El jefe de la USIR también destaca que la colaboración ciudadana es clave para hacer frente a este tipo de ocupaciones delictivas. Las llamadas a la policía, al 112 o al 092, permiten actuar con celeridad, sea la hora que sea, y evitar la ocupación. La fórmula Santa Coloma funciona. Los datos, según el consistorio, avalan la actuación de la policía municipal. Desde 2020 se han recuperado 534 inmuebles. El año pasado, 171, una cifra que seguro se superará este 2024, hasta el 1 de mayo, ya se han hecho 112 intervenciones. Desde el consistorio se hacen campañas para pedir ayuda ciudadana y que se llame a los teléfonos de emergencia cada vez que se detecte un intento de ocupación. "Preferimos ir y que no sea nada, que no ir y no poder evitar la ocupación", asegura el cabo.