Hoy, 8 de mayo, el comisario jefe de la Región Metropolitana Norte, Sergi Pla, ha presidido su último Día de las Esquadres. Se jubila. Se retirará este agosto, cuando cumpla 65 años. Sin pasar a segunda actividad para alargar el sueldo, convencido de que el trabajo ya está hecho, y con "pena" pero con ganas de dedicarse, ahora sí, a sus cuatro nietas tras años de servicio en varias especialidades, desde Trànsit hasta Ordre Públic. Y el discurso final —marcharse no lo ha liberado más de la cuenta, siempre ha hablado claro el comisario Pla, solo hay que buscar en la hemeroteca la entrevista sorpresa que le hizo Jordi Évole en La Sexta— no ha dejado a nadie indiferente. Las más de 600 personas que han participado en el acto del Día de las Esquadres, en el Circuit de Catalunya, han aplaudido las palabras del comisario, que no ha dudado en hacer una defensa firme y desacomplejada de los agentes de policía que cada día se enfrentan a violentos en las calles de nuestro país.
El comisario ha advertido: él es más de Esparta que de Atenas. Más de acción que de palabras. Quien lo conoce lo sabe bien: los agentes que le han servido y los mandos que lo han tenido que sufrir. El último baile del comisario Pla no ha dejado pasar la oportunidad de poner sobre la mesa un tema muy caliente en los últimos días, por el ataque en el barrio de la Mariola de Lleida, con seis agentes heridos, pero también por otros incidentes, como el que avanzó ElCaso.com este pasado fin de semana, cuando un multirreincidente marroquí mordió a un agente de los Mossos, arrancándole un dedo. Pla ha hablado claro. Y ha advertido que, aunque se considera convencidamente feminista, no caería en la trampa de hablar con subterfugios lingüísticos, y que prefiere hacer uso del masculino genérico; una declaración de intenciones. Pero el jugo de su discurso ha sido enviar un mensaje que, grabado, podría pasarse en todos los briefings de las comisarías del país antes de iniciar el servicio.
Cansado de llamar por agentes heridos
Pla ha asegurado estar cansado de tener que llamar a las comisarías para hablar con agentes heridos por violentos en la calle. “No se acaba nunca y estamos hartos”, ha advertido el comisario. “No estamos obligados a dejarnos pegar, ya basta”. “Somos el escudo de la sociedad para defenderla de los violentos, no tenemos que dejarnos pegar, no estamos diseñados para aguantar golpes”, ha recordado Pla. “Pegar a un policía es delito” y “no puede salir gratis; quien pegue a un policía tiene que pagar”, ha continuado en su duro discurso ante sus subordinados y escuchado por políticos y por el director político de los Mossos, Josep Lluís Trapero, cuestionado en los últimos días por sindicatos y oposición por haber estado desaparecido durante la crisis de Lleida. Y Pla tampoco ha evitado responder a las declaraciones, sin citarlo, del inspector jefe de la comisaría de Lleida, que aseguró que estas agresiones “van con el sueldo”. “No van con el sueldo”, ha sentenciado Pla. Y ha recordado las instrucciones que él da a los jefes del ARRO y que el inspector Moya da a sus agentes: “Con los violentos no podemos ser amables” y ha criticado a quien defiende otro modelo, pero ese es —ha sido— el suyo. Los aplausos no se han hecho esperar.
El comisario, frío pero con la procesión por dentro, ha aprovechado también sus últimas palabras en un Día de las Esquadres, ante decenas de personas —también su hermano y una de sus hijas, los dos de uniforme— para recordar la importancia de la policía y también de la familia de los policías. Ha animado a sus agentes, cuando él ya pueda disfrutar de la jubilación, a que sigan fieles al cuerpo y al país, pero, sobre todo, fieles a ellos mismos. El debate para saber qué comisario, o comisaria, asumirá la silla de Pla, de momento, públicamente, todavía no se ha abierto.
Las últimas Esquadres de Sergi Pla
El acto, que se celebra de manera anual en cada región, sirve para reconocer el trabajo de los agentes y de los mandos que han hecho acciones de mérito durante los últimos 365 días, que son condecorados con medallas y felicitaciones, y también para agradecer el trabajo de otros cuerpos operativos y de organizaciones civiles que colaboran en el día a día con los Mossos d'Esquadra. Un acto que se repite en todas las regiones y comisarías del país y que es un día que pone en valor el trabajo de los agentes con estas condecoraciones que los policías reciben acompañados de su familia.
En la celebración también han participado, con sus discursos, Pere Rodríguez, alcalde de Montmeló, y Josep Lluís Trapero, director político de los Mossos. Una actuación musical a cargo de tres agentes de la comisaría de Mollet ha puesto el colofón a un acto que, curiosamente, se ha hecho en el Circuit de Catalunya, con ruido de coches de fondo, pero con un escenario inmejorable, teniendo en cuenta que Pla ha sido uno de los mandos del cuerpo que más ha luchado, desde la vertiente de la seguridad, para mantener en casa los grandes premios de F1 y MotoGP.