La Policía Local de Lloret de Mar, en La Selva, detuvo el pasado sábado a un turista francés de 29 años que se estampó contra el muro de un hotel después de intentar evitar un control policial, una estrategia que claramente no le salió como esperaba. A pesar de salir de la vía y acabar contra la pared del edificio, el conductor no sufrió daños, por lo cual los agentes desplazados lo pudieron detener por conducción temeraria y bajo los efectos del alcohol.
Los hechos tuvieron lugar hacia las siete menos cuarto de la mañana en la avenida Just Marlés, donde la Policía Local del municipio estaba haciendo un control de alcoholemia por cuestiones de seguridad vial, cuando llegó el hombre y, al ver que había un control y que claramente lo pillarían, decidió saltárselo y fugarse. Las patrullas empezaron a perseguir al fugitivo, el cual empezó a conducir temerariamente con el objetivo de escaparse de sus perseguidores y dejarlos atrás, pero no cayó en el hecho de que hay un motivo por el cual conducir bebido es ilegal.
Choque aparatoso pero sin heridos
El fugitivo, que a causa del alcohol no se encontraba en plenas facultades para circular, salió de la vía y se estampó contra la fachada del Hotel Rosamar Spa, en la avenida Pau Casals, donde quedó el coche parado. Afortunadamente, el conductor no resultó herido ni tampoco ningún trabajador o huésped del hotel, sino que el accidente sirvió para acabar con la persecución y poder detener finalmente al fugitivo, el cual ya no tenía forma de escapar. Así pues, los agentes desplazados arrestaron al turista, y se descubrió que no solo conducía borracho, sino que lo hacía sin ningún documento de identidad ni permiso de conducir encima, pero la detención fue por delitos de conducción temeraria y para ir bajo los efectos del alcohol. Los daños causados en el hotel continúan pendientes de valoración técnica, por lo cual se desconoce exactamente su valor económico.