Tener pesetas en casa después de la entrada del euro en España el 1 de enero del 2001 puede ser un problema, pero también puede hacerte un poco más rico. ¿Y eso, para qué? Principalmente, porque ya no se basa tan solo en el tipo de cambio que tiene la antigua moneda española con la de la mayoría de países de la Unión Europea, sino su antigüedad. En este supuesto, el valor en el mercado de coleccionismo sería superior al del tipo de cambio, especialmente si el estado de conservación es bueno. Además, el gran handicap que supone no poder intercambiarlas por euros, por el hecho de que el 30 de junio de 2021 fue el último día que se permitió, hace pensar que son ahorros que se han ido por el retrete. Pero no tiene porque ser necesariamente así.

Depende del año de emisión de la peseta tendrán más valor

Muchas personas aún tienen en casa guardadas pesetas, y otros no saben que las han perdido por los rincones de las habitaciones. Por eso, si sabeis que tenéis o las encontráis quizás es una oportunidad, a pesar de no poder cambiarlas directamente por euros en el banco. Así pues, el primero que tenemos que hacer cuando descubrimos una caja o bolsa de estas monedas que circularon hasta el 30 de junio de 2002 es fijarnos en el valor que tiene y el año. Incluso aquellas pequeñas que pensamos que no podríamos colocar en el mercado por no haber sido en su momento cantidades importantes, en algunos casos nos sorprenderán. Un ejemplo sería la de 5 pesetas de 1957, que llegan hasta los 1.000 euros por moneda en algunas subastas. Pero, otras, nos pueden llevar a amasar una pequeña fortuna.

Hay pesetas que llegaron a venderse por 40.000 euros, especialmente las subastadas en portales de Internet. Aunque las de 5 pesetas siguen siendo, por su rareza en el mercado, las que más salida tienen. Obviamente, todo depende del año en el que fueron acuñadas. La de 1949, que ya salió de la circulación con la entrada de la democracia en España de la circulación habitual, llegaría a costar 36.000 euros si está en buen estado. En este caso, la limitación a tan sólo 14 ejemplares conocidos en el Estado español y que sólo estuvo tres años en circulación hacen que la limitada oferta haga subir la demanda, y, por lo tanto, el precio final. La misma moneda de 1870 también tiene un gran valor, a pesar de que menor, de 2.500 euros por pieza.

¿Dónde las vendo?

Una vez tienes la moneda seleccionada llega la hora de venderla. Pero, ¿dónde? La opción más recomendable se ir a sitios especializados y no dirigirte directamente a una tienda de antigüedades o una página web de subasta en línea cualquiera. Por eso, es una buena idea buscar si hay algún tipo de acontecimiento de numismática en tu ciudad, a pesar de que la gran mayoría se encuentran a capitales provinciales, de comarca y fundamentalment en Barcelona o Madrid. De hecho, hasta hace muy poco el Mercado de Sant Antoni de la ciudad condal era un referente en este ámbito.

Antes de vender también se tiene que hacer un trabajo de documentación (y de fotografía). La imagen será el atractivo que hará traquetear la balanza hacia un precio mayor o menor. También se puede jugar con la venta individual o por lotes. Aunque sea por Internet o en tiendas especializadas presenciales, siempre se recomienda hacer la transacción en un sitio público, por el valor de la moneda y del dinero que recibiremos a cambio. Una buena opción para limpiar la casa de estas monedas que sólo eran un recuerdo de tiempos pasados y por las cuales podemos llegar a ganar un dinero que nunca viene mal.