Durante este días se celebra la Fiesta del Sacrificio (Eid al-Adha), una de las dos celebraciones de la religión musulmana más importantes. Desde el martes 27 hasta el próximo día 1 se hacen varias fiestas para celebrar esta fecha marcada en rojo al calendario de esta religión. La fiesta también se conoce, entre otros nombres, como fiesta del cordero, ya que es el animal que habitualmente se sacrifica durante la celebración. Metafóricamente, la celebración recuerda el episodio del Corán en que Abrahán casi sacrifica a su hijo, si bien finalmente fue parado por Dios, cuando vio que era capaz de hacerlo por él.

Corderos en granjas ilegales en el Alt Penedès

Durante esta festividad las comunidades musulmanas instaladas en Catalunya sacrifican corderos y hacen gran fiesta. Si bien la mayoría de estos animales se matan siguiendo la normativa veterinaria vigente en nuestra casa, no siempre es así. Como tampoco el control que tienen estos animales antes de llegar a los consumidores finales. Según ha podido saber ElCaso.com, los Mossos d'Esquadra han encontrado en Torrelavit, en el Alt Penedès (Barcelona), dos granjas que estaban abandonadas que se habían convertido en granjas para guardar casi medio millar de corderos que estaban destinados a esta celebración.

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Imagen del interior de la granja ilegal, en el Alt Penedès / Cedida

Concretamente, en una intervención conjunta con los agentes de la Unidad Regional de Medio Ambiente (URMA) de los Mossos, Agentes Rurales y el Departamento de Acción Climática se intervinieron el pasado 22 de junio 458 corderos y 14 cabras que tenían que ser vendidas por una comunidad islámica a sus fieles para poder celebrar, esta semana, esta festividad.

Animales sin identificar

Los animales no estaban identificados con el número de registro de la explotación o explotaciones de origen ni disponían de la documentación sanitaria de traslado pertinente. El Departamento de Acción Climática denunció administrativamente a sus dos responsables y decomisó los animales, según han explicado fuentes oficiales. Los dos hombres que los Mossos encontraron a la explotación ilegal eran marroquíes, como también los responsables de la explotación y los que habían organizado la compraventa de los animales, a una asociación del Baix Llobregat. En la entrada de la policía en la granja también se decomisaron medicamentos que se estaban suministrando a los animales sin la prescripción veterinaria pertinente.