El caso de las niñas de Tenerife se estanca tras semanas de búsqueda del cuerpo de la pequeña Anna, de un año, y de su padre y presunto asesino, Tomás Gimeno. ¿Qué pasa si él no aparece nunca?
Cesa la búsqueda de Anna en el fondo del mar
Tras semanas de búsqueda en Tenerife, el buque Ángeles Alvariño, que encontró el cuerpo de Olivia, la mayor de las hermanas asesinadas por su padre, abandonó las aguas canarias para cumplir sus compromisos científicos, dejando el hallazgo del cuerpo de Anna, la pequeña de un año, como un imposible.
El cuerpo de Olivia, a pesar de la desgracia, pudo por fin confirmar el trágico final de las niñas a manos de su padre, y fue clave para cambiar el caso de desaparición a asesinato parricida con motivos de violencia de género hacia la madre, Beatriz Zimmermann.
"Imposible" encontrar más pistas
Tras clausurar una búsqueda subacuática que ya se califica de imposible, aún quedan cabos sueltos en el caso.
El cuerpo de Anna, de un año, ya se da por perdido, debido a que la bolsa en la que presuntamente su padre la arrojó al mar apareció abierta y vacía el día en que se encontró a su hermana Olivia dentro de otra mochila.
Pero lo que es muy importante a nivel legal y judicial es encontrar al presunto autor de los hechos, el padre de las niñas, Tomás Gimeno, que desapareció junto a ellas y que presuntamente las mató y tiró al mar el pasado 27 de abril en el Puertito de Güímar.
Doble asesinato por violencia vicaria
Y pese a que la mayoría de hipótesis apuntan que el hombre se suicidó tras asesinar a sus dos hijas para así destruir a su expareja y madre de las niñas, Beatriz Zimmermann, aún existe la posibilidad de que el caso quede sin resolver durante años si no se encuentra su cuerpo.
A nivel legal, si no apareciera, habrá que esperar diez años para que Gimeno sea oficialmente dado por muerto.
Esto se empieza a contar desde el día en que desapareció: el 27 de abril. Por lo tanto, hasta el 27 de abril de 2031 no se podrá decir que el presunto asesino ha fallecido.
¿Qué pasa si Tomás Gimeno no aparece nunca más?
Paralelamente, el delito al que se enfrentaría, que supondría seguramente una pena de más de 15 años de prisión, tardará en darse por prescrito 20 años. En ese caso, hasta más tarde de 2040 no se podrá poner punto y final al parricidio.
De momento, Tomás Gimeno tiene vigente una orden de captura internacional por asesinato, por ahora, de su hija Olivia.
El Juzgado de violencia machista de Santa Cruz de Tenerife, que está al cargo de la causa, podría también -en otro de los posibles escenarios- decidir archivar el caso de forma provisional a la espera de nuevas pruebas que exigieran reabrir la investigación.
La partida del buque oceanográfico Ángeles Alvariño y la falta de pruebas parecen dirigir al final de este caso, que ha tenido con el corazón en un puño a la población del país durante más de tres meses.
Un caso destacado por la crueldad de los hechos, enmarcado en la llamada violencia vicaria, y por la persistencia de una familia que no se dio por vencida hasta el final.