El negocio de la compraventa de monedas antiguas está cada vez más al alza. Mucha gente está viendo cómo se puede ganar dinero fácilmente y en gran cantidad vendiendo alguna moneda que quizás está olvidada en algún cajón guardando polvo y haciendo más fastidio que servicio. Este es el caso de las pesetas, unas monedas que ya hace más de 20 años que dejaron de estar en funcionamiento en España y que ya ni siquiera se pueden cambiar. Muchos coleccionistas las buscan y pueden pagar mucho por ellas. Pero no solo pasa con monedas antiguas que se encuentran fuera de circulación, sino que también se pueden pagar grandes cantidades por monedas de euro con las cuales podríamos pagar un café en el bar perfectamente.
No todas las monedas de euros sirven, porque evidentemente se fabrican con un valor determinado. Lo que hace que puedan valer mucho más al cabo de un tiempo es que sean exclusivas. Lo pueden ser porque se han fabricado muy pocas porque están hechas en un país pequeño o porque son una edición especial para celebrar algún aniversario o alguna efeméride. También puede ser que tengan un error en la acuñación que las hace especiales y por la cual fue retirada del mercado muy pronto. En el caso de juntarse estos dos motivos, la moneda en cuestión todavía tendría mucho más valor. Eso sí, siempre que esté preservada en perfectas condiciones.
Una moneda de 2 euros que puede valer 4.000
Este es el caso de una moneda de 2 euros acuñada el año 2007 en Mónaco con motivo del 25.º aniversario de la muerte de la princesa Grace Kelly. En un lado se puede ver el rostro de la homenajeada, mientras en el otro lado aparece la leyenda 'Mónaco', el año de acuñación y las marcas del grabador y de la Fábrica de la Moneda. En esta ocasión no tiene ningún error de fabricación, pero el hecho de que esté dedicada a un personaje tan amado y que murió trágicamente demasiado joven hace que se convierta en la moneda de 2 euros más valiosa del mundo. En algunas páginas especializadas en la numismática se pueden llegar a pagar 4.000 euros por ella., siempre que se conserve como si acabara de salir de fábrica.
