Los Mossos d'Esquadra sabían perfectamente que en esta casa de cuatro vientos en la Torre de Claramunt se escondía Carlos Navarro, el exconcursante de Gran Hermano conocido como Yoyas, que estaba en busca y captura tras ser condenado a cinco años y ocho meses de prisión por delitos de violencia machista contra su expareja, la también conocida Fayna Bethencourt. Pero no era suficiente con saberlo. Era necesario que el juzgado que lo buscaba autorizara a entrar y poder detenerlo. Saltarse una condena era el único delito que supuestamente estaba cometiendo este hombre de 47 años, originario de Anoia, la comarca donde se encontraba esta casa en la que finalmente se le ha localizado. Los Mossos, con un equipo conjunto con la Policía Nacional, debían conseguir pruebas para saber que el Yoyas estaba dentro de la casa y para hacerlo, tal como avanzó ayer ElCaso.com, se utilizaron también drones policiales. El hombre se se sabía protegido, jugaba con esta ventaja judicial. Si no había pruebas de que estaba en el interior, ningún juez autorizaría entrar y, por lo tanto, no podría ser detenido. La estrategia, que para la gente normal parecía a corto plazo, teniendo en cuenta que no podía pasar años encerrado en esta casa, le sirvió durante algunos meses.

Las últimas semanas, sin embargo, los Mossos tuvieron conocimiento de movimientos en una casa que era propiedad de la familia, en el calle de la Font de l'Armengol, en la urbanización de las Pinedes d'Armengol de la Torre de Claramunt, en Anoia, y dedicaron esfuerzos, paciencia y horas de vigilancia. Y funcionó. Los Mossos observaron que el consumo de luz -que estaba pinchada- confirmaba que, aunque era una casa deshabitada, había gente. También vieron que quien le daba cobertura era su padre, su hermana, su cuñado y Sònia, su actual pareja, una mujer de 50 años, de Igualada, que visitaba regularmente la casa y estaba allí un par de horas.

La pareja del Yoyas, la confirmación de que estaba allí

Los investigadores del Grupo de Búsqueda Activa de Fugitivos (GRAF) de los Mossos son artesanos de la investigación y, sin medidas judiciales -recordemos que por el delito de quebrantamiento de condena es poco habitual que los jueces autoricen escuchas telefónicas, seguimientos o incluso entradas- tuvieron que consultar fuentes abiertas y confidentes para confirmar que la mujer que visitaba aquella torre seguía siendo la pareja del Yoyas. Desde el mes de mayo se han hecho horas y horas de vigilancia esperando el error de Carlos Navarro, que no ha sido posible, pero las visitas de los familiares han servido para convencer al juez de que era necesario entrar. Él no se ha dejado ver en ningún momento. Tenía las ventanas tapadas y no salía para nada, tampoco al patio trasero de la casa.

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Imágenes de la familia en la casa de la Torre de Claramunt / Cedida

Estas vigilancias, sin embargo, alertan desde el GRAF, han sido complicadas por la relevancia mediática del hombre que estaba escapado, conocido por los medios de comunicación y muy popular en informaciones de la prensa más sensacionalista. El entorno familiar también tomaba medidas de seguridad para no ser detectados. Cuando veían que había gente cerca de la casa, no entraban, pasaban de largo. Cuando no había nadie, se detenían y entraban. Los investigadores de los Mossos sabían perfectamente que su objetivo estaba dentro de la casa y que era cuestión de tiempo que el juez aceptara derribar la puerta y entrar.

La autorización judicial era clave. Era necesario registrar la casa a fondo. No solo entrar. Aunque el Código Penal podría llegar a permitir acceder, si hay una orden de prisión contra ellos, los investigadores explicaron al juez que es habitual que en estas casas haya habitaciones del pánico que permiten a los escapados esperar a que se marche la policía, o incluso, utilizando túneles, trasladarse a otra vivienda, y que, por lo tanto, era necesaria esta orden judicial para entrar y registrar a fondo la casa. Al amanecer de este 26 de junio se autorizó entrar, con agentes de orden público, a la casa del calle de la Font de l'Armengol. Los investigadores no habían fallado. Carlos Navarro, después de 19 meses fugado, fue detenido. Aún tuvo tiempo de bromear con los policías. "Si hubierais llamado, os habría abierto". Era mentira. Los Mossos ya lo habían intentado días atrás.

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Imágenes de los seguimientos realizados por los Mossos a la casa donde se escondía el Yoyas / Cedida

A prisión

Después de ser entregado al juzgado de guardia de Igualada, fue trasladado a la prisión de Brians 1, donde pasó su primera noche. Su defensa pudo hablar con él cinco minutos ayer, en la primera visita, y el primer contacto que tuvieron después de meses fugado y tras pasar por el juzgado. Esteban Gómez lo vio bien y le dijo que se come muy bien en la prisión, que de haberlo sabido antes, se habría entregado. Sea como sea, aunque la causa contra él es firme, y tendrá que cumplir seis años y ocho meses de prisión, quedan pendientes algunas causas en el Tribunal Constitucional, con recurso de amparo, a favor del Yoyas. Durante este tiempo, Carlos Navarro no ha estado en contacto con su abogado y solo ha mantenido interlocución, el abogado, con la hermana, Sandra Navarro. "Lo que me dijo es que se iba a Ucrania, a la guerra". Pues mira, no me parece tan mal, le dije, en el sentido de que yo no puedo ni apoyar ni influir, pero le dije que no me volviera a llamar", ha asegurado Gómez desde la prisión de Brians 1.