Hacía años que Cataluña no vivía una guerra civil entre familias de etnia gitana como la que el tiroteo mortal, con dos víctimas, de la verbena de San Juan en el barrio de la Font de la Pólvora, en Gerona, ha desencadenado en los últimos días. El asesino, que abrió fuego con un arma de guerra, un AK-47, aún está en paradero desconocido para la policía y los familiares del hombre y la mujer, de 48 y 44 años, que murieron en el tiroteo, siguen buscando venganza, y por ahora no parece que esta familia haya terminado. Este viernes por la tarde, un grupo de entre 60 y 70 personas se desplazaron desde Gerona al barrio del Culubret de Figueras, donde también hay un grueso importante de familias gitanas, para atacar casas propiedad de familiares de Guillermo C.H., el hombre que supuestamente abrió fuego en la verbena.

 

Después de entrar con comitiva en el interior del barrio, se dirigieron a varios inmuebles, que, como se puede ver en las imágenes a las que ha tenido acceso ElCaso.cat, accedieron y destrozaron por dentro. En los pisos ya no quedaba nada; los familiares de Guillermo y de Francisco, el otro hombre buscado por la policía, acusado de ser quien abrió fuego con un arma corta, según avanzó ElCaso.cat, hace días que han abandonado los barrios de Cataluña y no se sabe dónde están. Saben perfectamente que la comunidad gitana, que se rige por unas leyes al margen de la justicia del resto de mortales, o al menos así lo creen ellos, les hará pagar ojo por ojo los dos asesinatos de la Font de la Pólvora.

Una turba armada con palos y hachas

Los Mossos desplegados en el barrio de la Font de la Pólvora de Girona detectaron una salida importante de vehículos cargados de decenas personas, así que alertaron a los efectivos de Figueres, así como a la Guardia Urbana, ante la posibilidad de que fueran a destrozar los tres pisos que allí tenían los familiares del presunto autor del doble crimen de la verbena. "Era un grupo de personas numerosas. Inicialmente eran unas 60, pero se fue incrementando hasta 100 y 120 personas. Llevaban hachas, palos y objetos contundentes", ha indicado el intendente Xavier Domènech, subjefe de los Mossos en la región de Girona, en RAC1. Pese a que se intentó la mediación con ellos, "viendo la fuerza que tenían, tomaron el derecho".

Con el volumen de personas que había, la fuerza pública disponible y el hecho de que las viviendas ya estaban deshabitadas, los Mossos valoraron que era mejor permitir el destrozo de tres viviendas en Figueres que enfrentarse a ellas. "Se les podía intentar detener, pero habría que utilizar una fuerza excesiva para detenerlos. No podemos crear un mal más grave del que queremos evitar", ha argumentado Domènech. Los familiares de las víctimas provocaron destrozos en las puertas y en el mobiliario en el interior y aseguraron que no provocarían ningún incendio. "Lo que querían era restablecer su orgullo dentro de su ley, no permitir que las viviendas del clan contrario siguieran como estaban", ha añadido.

Tres domicilios de la familia de Guillermo destrozados

Aunque en un primer momento la policía de Figueras intentó detener a la turba, se vieron superados. Los refuerzos de los Mossos d'Esquadra no pudieron evitar el asalto a los tres domicilios, que quedaron destrozados. La venganza continúa. Al día siguiente del crimen se destrozaron dos casas en el mismo barrio de la Font de la Pólvora, una masía donde había marihuana, y también se han quemado los coches que podrían tener relación con la familia. Un coche de alto valor fue encontrado calcinado en Mont-ras. Los Mossos han incrementado la vigilancia en el barrio de Gerona donde comenzó todo, sobre todo por el temor de los vecinos a que la familia de Guillermo regrese y se produzca un baño de sangre. Según pudo saber ElCaso.cat, los Mossos ya sospechaban que podría pasar lo que ocurrió este viernes por la tarde, y por ello desplegaron también efectivos de orden público en el barrio Germans Sàbat, también en Gerona, donde vive una comunidad gitana y donde se han desplazado algunas personas que han hecho las maletas y han salido de la Font de la Pólvora, esperando que las aguas vuelvan a su cauce.

 

Los Mossos d'Esquadra han abierto una investigación para esclarecer los hechos de este viernes por la tarde, pero no cuentan con que los afectados presenten denuncia. Durante toda la noche ha continuado la vigilancia en la zona y no consta que se hayan generado más incidentes. Se han identificado personas y vehículos y se han abierto diligencias policiales que se enviarán al juez. En todo caso, el intendente ha señalado que los familiares de las víctimas de la verbena les trasladaron que esta sería la última acción que querían hacer, que dan "por finalizada la venganza" en el sentido de destrozar propiedades. Por su parte, el alcalde de Figueras, Jordi Masquef, ha lamentado que hace años que tienen que sufrir "consecuencias de un colectivo que se toma la ley por su cuenta, fuera del marco legal por el cual nos debemos regir el resto de la sociedad" tras los incidentes en el Culubret.