La Policía Nacional ha liberado a una mujer de nacionalidad peruana que había estado cuatro días secuestrada y encerrada en una casa de Madrid por su expareja, quien la iba maltratando a golpes reiteradamente. El hombre tenía varios antecedentes por violencia de género y ya tenía una orden de alejamiento sobre la víctima que no ha respetado. Después de ser detenido acusado de los delitos de maltrato, quebrantamiento de condena y detención ilegal, ha ingresado en prisión provisional.
Secuestró su expareja y la cerró con candado en una habitación
El pasado 5 de febrero, fue la hermana de la víctima, que vive en el extranjero, quien alertó a los cuerpos de emergencia. Hacía días que no tenía ninguna noticia suya y se empezó a preocupar. Sabiendo los antecedentes de maltratos que había sufrido, pensó en lo peor y se puso en contacto con la policía para denunciar la desaparición y dar algunos detalles del posible responsable. Entre esta información estaba la dirección de una vivienda en una calle en el barrio madrileño de Barajas donde vivía la expareja de la mujer desaparecida.
Los agentes locales trasladaron la información al 091, que lo trasladó a las patrullas que en aquellos momentos había en la zona. Los agentes fueron hasta la dirección indicada y comprobaron que era un callejón sin salida y que el inmueble parecía estar abandonado y tenía todas las persianas bajadas. El único detalle que hacía pensar que podría haber alguien dentro eran las plantas del balcón, que estaban completamente verdes. Los policías llamaron varias veces a la puerta, hasta que se empezaron a oír unos ruidos extraños en el interior de la vivienda.
Un hombre les abrió la puerta y les respondió que, efectivamente, conocía a la mujer desaparecida que buscaban. Les dijo que habían mantenido una relación sentimental, pero que habían cortado y hacía un mes que no sabía nada de ella. Incluso, permitió a los agentes que accedieran al domicilio para comprobar que allí no estaba. Los policías descubrieron dos puertas cerradas con candados de forma sospechosa y el hombre no supo justificar porque estaban así. Las sospechas se confirmaron cuando se oyó un leve ruido en el interior del habitáculo y, al obligarlo a abrir las puertas, se encontraron a la mujer desaparecida. La chica estaba muy alterada y presentaba varios hematomas en la cara y signos de haber sido maltratada.
La mujer había oído a los policías entrar en la vivienda, pero había preferido quedarse callada y no pedir ayuda por miedo a las posibles represalias de su agresor. Durante los cuatro días que había estado secuestrada, solo había podido salir a un pequeño patio que tenía el inmueble y siempre bajo la supervisión de su expareja. Los servicios sanitarios acudieron al lugar de los hechos y atendieron a la víctima de las múltiples heridas que presentaba. Por su parte, el hombre, de mediana edad y nacionalidad española, fue detenido y ha ingresado en la prisión.