Los Mossos d'Esquadra avisan a menudo de los peligros de las redes en estafas en las que, aprovechando el desconocimiento, algunos espabilados —ciberdelincuentes— se aprovechan para vaciarte las cuentas corrientes. Pero también debemos tener cuidado con la ignorancia, que nos puede costar una millonada, y nunca mejor dicho. Ahora se ha sabido, tal como ha avanzado El Punt Avui, que un vecino de Sabadell vendió en 2021 el cuadro de Edgar Degas 'Elogi del maquillatge' (1876-1877) por 926 euros pensando que era falso. La pintura está valorada en unos 12 millones.

El propietario vendió la obra a través del portal de subastas por internet 'Todocolección', y el precio inicial era de 1 euro, pero al final no le pagaron más de 930 euros, aunque el precio real supera los 12 millones de euros. El vendedor colgó imágenes del cuadro y documentos sobre la compra en 1940 por un antepasado, el empresario Joan Llonch, expresidente de Banc Sabadell.

Lo autentificó y ha ganado un tesoro

El comprador del cuadro aprovechó los documentos que acompañaban la pintura para encargar a Michel Schulman una auditoría sobre la autenticidad del cuadro de Edgar Degas, que hacía años que estaba desaparecido, y resolvió que era, efectivamente, un original de este pintor francés —murió en 1917. Estas obras, y esta concretamente, que es la última que se ha autentificado de Degas, pueden escalar el precio entre los siete y ocho millones de euros, y hasta los doce.

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Imagen del anuncio colgado para vender el cuadro, en Todocolección

El cuadro se ha exhibido este martes durante unas horas en el Instituto Francés de Madrid y es cuando se ha sabido esta historia. Por ahora, sin embargo, se desconoce quién compró, a precio de saldo, esta obra de Hilaire-Germain-Edgar de Gas, el original y auténtico 'Elogi del maquillatge'. Tampoco se ha conocido la reacción de la persona que vendió el cuadro por internet ahora, cuando se ha sabido que se autoestafó y vendió por 926 euros una joya de la pintura del siglo XIX. Desde 1940 era de Llonch, pero antes ya había pasado de manos en manos. En 1887, el mismo Degas vendió el cuadro a Julián Bastinos por 3.000 francos. Después entró en el Estado español, pero al final de la guerra civil fue confiscado y comprado, en 1940, por Joan Llonch. Ahora este pastel de Degas ha ganado una historia más.