Detención llena de incidentes el pasado 20 de septiembre en Sant Antoni de Calonge, en Girona. Un joven de 28 años forzó la puerta de un restaurante del municipio, se llevó todo lo que podía y acabó escondiéndose en un balcón cuando vio que había sido descubierto. Para evitar acabar en los calabozos amenazó a los Mossos d'Esquadra con tirarse al vacío y los agentes se tuvieron que subir hasta el primer piso para evitar que lo hiciera. Cuándo se acercaron a él, el sospechoso les propinó puñetazos y patadas, pero lo consiguieron reducir.
La Policía Local de Calonge y los Mossos d'Esquadra -de las comisarías de la Bisbal d'Empordà y de Sant Feliu de Guíxols- recibieron el aviso del robo de madrugada y se dirigieron hasta la dirección del restaurante. El supuesto ladrón ya había abandonado el local, pero había quedado grabado por las cámaras de seguridad, unas imágenes que los policías utilizaron para conseguir su descripción. Con sus características físicas en mano, los dos cuerpos policiales pusieron en marcha un dispositivo de búsqueda que terminó poco después con la localización del fugitivo en la calle de Sant Antoni.
Se esconde en el balcón de un edificio
Cuando vio que los policías lo estaban rodeando, el ladrón decidió subir al balcón del primer piso de un edificio de la mencionada calle para esconderse y evitar la detención. Los agentes, sin embargo, vieron lo que hacía y fueron detrás de él. En aquel momento, el joven gritó que si no lo soltaban se tiraría al vacío, cosa que finalmente no hizo por la rápida actuación de los agentes.
Cuando llegaron hasta donde estaba, se mostró muy violento y agresivo, propinando puñetazos y patadas a los policías. Al final lo consiguieron reducir y detener, recuperando los contenidos de la caja registradora del restaurante. El ladrón, con numerosos antecedentes policiales, pasó a disposición judicial poco después.